martes, 28 de diciembre de 2010

La otra noche te esperé bajo la lluvia dos horas, mil horas, como un perro

Después del cumple de Orlando, nuestra relación se normalizó y volvimos a ser buenos compañeros, dejando implícita una tregüa para disfrazar nuestras diferencias y roces. A pesar de que pensaramos distinto, también era obvio que había un "algo" que nos unía.
Marianela parecía muy enamorada de mi ex compañero. Salían seguido y los mensajes cariñosos aumentaban día a día. De a poco notábamos con Yanina, que lo inevitable no tardaría en llegar.
Facundo aparecía y desaparecía como de costumbre. Cada tanto un mensaje o una charla por msn lo mantenía vigente en mis pensamientos y sentimientos.
Por otro lado, Enzo seguía echándome en cara que ya no era "la virgen" que solía aparentar. Con una mezcla de bronca con presión sexual, se encargaba de recordarme que cuando yo quisiera, ibámos a concretar lo que nos pasaba. Lo que él no entendía era que yo esperaba que él buscara la situación. No iba a llamarlo por teléfono para vernos después del lío con Yanina.
Un día, a la salida de un examen de la facu, Orlando nos invitó a su casa a comer unas pizzas. Fuimos Tomi, Emi, él y yo. Yanina venía mas tarde. Entre pizzas y juegos de play, quisieron ir a comprar algo para tomar. Entonces nos dejaron a Emi y a mi jugando, y fueron con el auto de Tomi hasta un quiosco. En ese momento llegaron los padres y no solo se encontraron con dos extraños en su living, sino que su hijo no estaba. Un papelón. A penas volvieron le pedí a los chicos si nos íbamos para Crow's.
Allí apareció Yanina y ¡Oh casualidad! también apareció Sergio. Bailamos, tomamos, y a la hora de volvernos compartimos un remis entre los cuatro. Primero bajó Yani en su casa y luego Sergio en la suya. Cuando llegamos en la mia, veo que Orlando le paga al chofer.
- ¿Qué hacés?
- Me bajo con vos.
- ¿A qué? Si pensás que vamos a hacer algo estás totalmente equivocado. La del otro día no se hace mas. Olvidate.
- No importa, bajo igual y charlamos.
Nos sentamos en el living y serví algo para tomar. Nos pusimos a hablar de cualquier cosa y por primera vez parecía que eramos dos personas decentes que podían hacer otra cosa aparte de darse.
Antes de irse, terminamos enredados en una silla, pero yo me sentía incómoda en mi casa, asique le pedí que se fuera y así lo hizo. ¿Estaría haciendo las cosas bien esta vez?
A mediados de Octubre, empecé a preparar mi cumpleaños número 21. Averigué en varios lugares, hasta que llegué a un arreglo con un RRPP del bar de la comisaría. Pagué anticipadamente una picada y bastante alcohol para invitar a mis amigos. Unos días antes avisé a todos por mail y recibí algunas confirmaciones y otras declinaciones como suele pasar.
Hasta que el día por fin llegó. Tomi y Emi fueron los primeros en llegar. Después Yanina, Lucas, Darío y Romina. Marianela vino mas tarde porque habían internado a su abuela. Le dije que le avisara a su enamorado, pero no vino. Luego llegaron Mecha con Fede, Inés con su novio, Julián y la rubia de la facu.
Uno de los meseros nos dió un aerosol de carnaval carioca y la joda empezó. Mi pelo terminó hecho un desastre pero nos divertimos como nunca.
Mas tarde, cuando el bajón comenzó a pintar, me dí cuenta que Facundo no había venido ni me había mandado un mensaje. La alegría poco a poco se desvanecía... Pero el celular sonó: "Dónde están?", preguntaba Orlando. Y al rato estaba entrando por la puerta con su cabellera rubia, sus dos metros de altura, su espalda enorme y su sonrisa colgate.
- ¡Feliz cumple, Diosa! - me dijo.
- Gracias. Me parece a mi o estuviste tomando?
- Si, vengo de otro cumple que era canilla libre, asique imaginate. Menos mal que no vine en auto.
- Entonces no te ofrezco nada de tomar.
- No, gracias. ¿Tenés consumiciones?
- Si, me quedan algunas.
- Si las vas a tirar avisame que tomo eh!. ¿Y la llave? ¿La tenés?
- ...para que?
- Para irnos. ¿No querés irte conmigo hoy tampoco?
No contesté, me di media vuelta y me puse a hablar con Tomi. De todas maneras, ya tenía una desición tomada. La culpa no fue de todo el alcohol que tomé, tampoco de que tenía que "festejar" mi cumple, ni de que Facundo no había aparecido, y mucho menos de que Yanina me gritó varias veces que no sea boluda y aprovechara. No. La razón por la que iba a aceptar su propuesta era mas una necesidad que otra cosa. Una necesidad que salía netamente de mis entrañas y se mezclaba con las ganas, la pasión, la revancha y hasta un poco de ego.
Al rato Orlando volvió y me sacó a bailar. Entre vuelta y vuelta retomó la conversación.
- ¿Vamos?
- Está lloviendo y no estás con el auto.
- Pedimos un remis. ¿Tenés la llave del departamento?
- Si.
- Ok, vamos, dale.
Salimos del bar a la calle, y nos paramos abajo de un techito de la casa del al lado. Orlando me abrazó y me besó.
- ¿Llamás vos al remis? Andá pidiéndolo que ahora vengo.
Agarré el celular casi putéandome por lo que estaba haciendo. Marqué el numéro. Orlando cruzó la calle y se paró adelante de un árbol. Se agarró la cabeza, se sentó en una parecita, se volvió a parar y siguió caminando hacia la otra esquina. Cuando ya no lograba verlo, corté el teléfono y esperé a que volviera. No entendía nada.
Pasó un rato sin que Orlando volviera, entonces decidí llamarlo.
- ¿Dónde estás?
- Acá - me respondió.
- ¿Acá dónde, nene? ¿Me estás cargando?
- Vení a buscarme.
- Ni en pedo! Vení vos!
- No puedo...
- ¿Por? ¿Aparte quién carajo te mandó a irte? ¿Vos sos idiota Orlando?
- No sé, no entiendo. Vení a buscarme, dale.
Y corté. No sabía si volver a llamarlo para seguir putéandolo y putearme a mi por idiota. En ese momento mis amigos salían del bar.
- ¿Qué hacés acá Diosa? - me preguntó Tomi. - ¿Vos no te ibas con Orla?
Con voz entrecortada le conté lo que había pasado.
- No entiendo, te dijo "ahora vengo" y se fue???
- Si!!! Yo me quiero ir a mi casa ahora mismo. Ojalá que se inunde en la calle por hijo de puta!
- Esperá, no te calentés. Lo voy a llamar. - Tomi marcó el numéro y esperó que le atendiera. - ¿Orla? ¿Dónde estás? - Silencio. Tomi cortó.
- ¿Y? ¿Dónde está? - preguntó Emi.
- No sé, me dijo que está en el jardín de una casa. Y que en la esquina hay un semáforo que de rojo pasó a verde!!
Todos estallaron de risa en una carcajada. Era evidente que el pedo de Orlando era tal, que decía y hacía cualquier cosa. Tomi fue con Emi en su auto a buscarlo, y yo me tomé un remis con las chicas y me fui para casa. Mas tarde Emi me llamó y me contó que lo encontraron perdido por la calle y lo llevaron a su casa. Y como no tenía las llaves, tuvo que saltar la medianera.
Por quinta vez en la noche, me preguntaba que era lo que pretendía de Orlando, si era evidente que no podía esperar demasiado de alguien como él.
Y yo sabía la respuesta mejor que nadie...

...pretendía tapar los agujeros que alguien mas estaba dejando en mi corazón.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mi GranDiosa Querida

Hoy, 16 de Diciembre, mi blog cumple un año de vida.
Hoy, LaGranDiosa es mucho más que un proyecto de catarsis y pasatiempos.
Hoy, gracias a este espacio y a todos ustedes, yo no soy la misma.
Porque detrás de mi apodo y mi disfraz de divina, la verdadera autora de todas las palabras que aquí fueron escritas ha cambiado, crecido y madurado.

Allá, por Diciembre de 2009, me había hecho seguidora de un blog que me atrapó a tal punto, que me mantuvo leyéndolo por completo sin despegarme de la pc durante 2 días. Me lo devoré. Quedé fascinada con cada una de las entradas, y cada vez que el autor posteaba, era la primera en leer.
Entonces surgió en mi "algo" que me hizo preguntarme...¿por qué no abrir uno propio?. Yo tenía tantas historias como él. Sin embargo, tenía miedo de no poder expresarlas como quisiera, o que a la gente no le gustara.
Pero, ¿que tenía para perder? Nada. Pero mucho para ganar.
Entonces me propuse como meta, que luego de rendir todos los finales de la facultad, abriría el blog y empezaría a contar mi historia.
Y así surgieron los dos primeros problemas.
El primero era en relación con el nombre que le pondría. Busqué canciones, nombres ficticios, autores famosos, frases pegadizas, apodos, etc. Nada me convencía. Agarré un libro y empecé a leer para ver si algo venía a mi mente. Nada. Revolví cada papelito de mi escritorio buscando una señal, algo que capte mi atención. Hasta que llegó a mis manos una lista de mis alumnos de tercer grado. Habían anotado sus nombres con sus mails, para mandarnos mensajes durante las vacaciones. Lo fui leyendo por arriba, ya que subestimando a los nenes, supuse que nada sería interesante allí.
Pero fue entonces cuando Brunella, una dulce nena a la que no le iba tan bien, tenía un mail que me hizo frenar la lectura. LaGranDiosa. Era simplemente perfecto.
Un problema menos.
En segunda instancia, me pregunté por donde me convenía empezar a contar la historia.
Sin dudas, el tema principal sería Facundo. Pero para que se entendiera porqué él era tan importante para mi, necesitaba contar desde que lo conocí. Claro, eso tampoco sería relevante sin antes contar la historia de Lautaro. ¿Y por qué Lautaro había sido tan importante? ¿Cómo llegué hasta él? Ahí entraba en juego el misio, Lucila y las chicas de la facu. Pero tampoco podía dejar de lado a Germán, por supuesto. Tendría que volver al principio. Remontarme al bing bang que cambió mi vida: El comienzo de la facultad. Sin dudas, era el mejor arranque que podría darle.
Entonces ya tenía nombre y un momento desde donde empezar a escribir. Me acordé de ese primer día de clases y las palabras volaron solas sobre el teclado. Decidí no dar a conocer los verdaderos nombres ni mi verdadera identidad. Lo único que me atemorizaba era la idea de que alguien de mi entorno descubriera mi rinconcito. Estaba segura de que si eso pasaba ya no sería libre para contar lo que quisiera sin censuras o vergüenzas. Buscaba gente objetiva del otro lado y eso no sería posible si no estaría en condiciones de expresarme con total libertad.
Por lo tanto, este sería mi gran secreto. Quizás el primero que en guardar, ya que nunca fui de ocultar nada, soy muy transparente.
LaGranDiosa cambió mi vida y no exagero.
Me enseñó a que puedo pasar mucho tiempo guardando algo que me hace bien y que es importante como un secreto. Y es maravilloso tener algo propio solo para uno.
Me dio la increíble oportunidad de conocer gente maravillosa. De que personas desconocidas me den sus palabras de aliento o consejos. Que del otro lado de la pantalla haya gente que le gusta leerme y que se maraville de mis vivencias.
Me dejó abrirme, expresarme, contar mi vida sin rodeos. Pude sentir y dejar que los demás sepan que era lo que verdaderamente pasaba por mi. Me escribí tal cual fui, tal cual soy.
Me ayudó a superar sentimientos, amores, relaciones, amistades, pesares. No voy a mentir, ya no sufro por amor. Pude excorcisarme de aquellos hombres que me marcaron como mujer, para ahora poder ser mas libre.
Me sacó pesos de encima, al contar secretos que debía tener guardados.
Me hizo mejorar como escritora.
Sin dudas, este maravilloso espacio me cambió la vida.

Por eso no tengo mas que palabras de agradecimiento a todos los que llegaron, sigue llegando o llegaran al blog para leerme aunque sea dos rengloncitos. Me siento realizada.

¡Feliz cumple blog!

¡Feliz cumple GranDiosa!

Siempre vas a vivir en mi. Y quizás, cuando sea mas viejita (si blogspot sigue existiendo), pueda volver a leerte y recordar que alguna vez fui libre, linda y loca!

Con mi mayor emocion y cariño,

A.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Me doy cuenta

- ¿Podemos hablar de lo que pasó ayer, Yani? - mi amiga me esquivó toda la mañana y no hacía otra cosa más que sacar cualquier tema para evitar hablar de Enzo.
- No hay nada que hablar Diosa, eso es lo que vos no entendés. Ya está más que claro!
- Yo no tengo nada claro! - Subimos al colectivo y nos sentamos en los asientos de atrás de todo. Hacía calor pero por suerte estaba nublado.
- Es obvio lo que está pasando. - contestó abriendo la ventana de su lado. - Enzo te quiere dar a vos.
- ¿Por qué decís eso con tanta seguridad?
- Porque es así, ustedes se entienden, se llevan bien y se tienen ganas. Está perfecto.
- No está perfecto un carajo Yani por dios! Dejá de hacerte la superada...
- Mirá Diosa, te lo voy a decir con toda la sinceridad del mundo. Si querés estar con Enzo, que ni se te ocurra quedarte con las ganas por mi, porque claramente lo nuestro está mas que terminado. Hacé lo que quieras, de verdad, pero tené cuidado...
Levanté la vista al advertir su tono de voz y le pregunté.
- ¿Cuidado de qué?
- De él. No es una persona de fiar. No le creas todo lo que te dice. Yo te conozco y sé que confías mucho en él y sinceramente no creo que eso sea bueno. Pero no importa, vos sacate las ganas...
- Yo lo quiero como amigo y no quiero perder eso. Y tampoco quiero cagarte a vos.
- A mi no me cagas. Te estoy diciendo que lo hagas!
- No puedo Yani! No puedo! Estaría haciendo lo mismo que le recrimino a Marianela que me hizo a mi.
- Nada que ver una cosa con la otra, lo sabés. Aparte te estoy pidiendo yo por favor que lo hagas. Es más, si no hacés nada, voy a hablar yo con él para que te de. Le voy a decir que te de con total libertad.
- Yanina no digas boludeces!
- No digo boludeces, es lo que pienso.
Pero yo la conocía bastante, y sabía por su expresión y su tono de voz que no me estaba diciendo la verdad. Mi amiga estaba claramente celosa y todo lo que me decía era de bronca. Intenté que hablemos de frente lo que nos pasaba, pero Yanina no hacía mas que esquivar el problema.
A la noche, la ventanita de Enzo volvió a sorprenderme.

Enzo dice:
ahora que tu amiga te dio el okey, que excusa vas a poner?
LaDiosa dice:
no entiendo. El okey para que?
Enzo dice:
no te hagas la boluda, sabés que te vengo soltando mi cría de galgos hace rato.
LaDiosa dice:
y cómo sabés lo de Yani?
Enzo dice:
hoy me habló. Volvimos a discutir y me desadmitió. Pero antes de que eso pase me dijo que te había dicho a vos que no seas boluda y me des bola. Que no pensaras en ella. ¿Es verdad?
LaDiosa dice:
si, aunque no le creí ni medio me dijo eso.
Enzo dice:
no importa, te lo dijo. Punto. Ahora no tenés excusas para decirme que no.

Mi problema era que justamente, no sabía exactamente a que no debía negarme. Y si mis sospechas se confirmaban y en algún momento iba a tener que enfrentarme con el dilema, ¿qué debería hacer? No podía sacar de mi cabeza las palabras que me llenaba la boca diciendo contra Marianela. Ahora también cabían en la boca de Yanina.

Un día cualquiera de ese septiembre, Orlando nos mandó un mail para invitarnos a su cumpleaños.
- Vamos, no? - nos preguntó Marianela.
- Siii!! Va a estar lleno de pibes lindos seguro! - respondió Yani en seguida.
- Yo no quiero ir. - dije seria mientras sentía las miradas amenazantes de mis amigas.
- ¿Por?
- Porque no! ¿Qué mierda voy a ir a hacer a la casa de Orlando después del quilombo que pasó? A cantarle el feliz cumpleaños, claro. Aparte entre todos los amigos y la familia...no da!
- Ay, no seas boluda Diosa! Estamos entre nostros y listo! Los chicos de la facu también van. No es que tenés que ir sola...
- Igual, aparte la semana que viene tenemos dos parciales y quiero estudiar. - acoté recurriendo a la primer excusa que se me ocurrió. Las caras de mis amigas me dijeron todo.
- De última no salimos, pero a la casa vayamos!
- Bueno, el sábado vemos. - respondí sin ganas de discutir.
El viernes un ex compañero de la secundaria nos invitó a la casa. Yo no tenía ganas de ir, por lo que Yanina recurrió a Marianela para que la acompañe. Al día siguiente, un mensaje de Marianela me sorprendió:
"A que no sabés con quién estuve anoche!"
Sí, se había acostado con el dueño de casa. Era la primera vez que lo veía, y bien enamorada había quedado. Yo no lo podía creer. El pibe en cuestión fue compañero mio desde primer grado, por lo que lo conocía bastante bien y no encontraba en él encanto alguno que lleve a mi amiga al enamoramiento. Pero sobre gustos...
Después de que Yanina me convenciera, acepté ir al cumple de Orlando. Llegamos un poco mas tarde de lo arreglado y ya estaban todos sus amigos al rededor de la mesa, comiendo y tomando. Emi y Tomás nos hicieron un lugar con ellos. Traté de disimular, pero no podía evitar ponerme nerviosa cuando Orlando pasaba cerca mio.
El transcurso de la noche fue bastante normal. Marianela se fue temprano, cuando mi ex compañero la pasó a buscar para salir. Si bien yo no aprobaba esa relación un 100%, me tranquilizaba el hecho de que Marianela esté en otra y no jodiera mis planes como venía haciendo hacía rato.
Más tarde, Emi y Tomás también se fueron, pero Yani quiso quedarse. Al rato se acercaron a hablarnos dos chicos.
- Ustedes son las compañeras de la facu, no? - dijo Sergio, el amigo que había conocido en Crow's aquella vez.
- Orlando nunca dijo que tenía compañeras tan bonitas... - agregó el otro.
Con el correr de la charla y de las copas, Sergio se fue acercando a Yanina, y el otro a mi.
- Sergio, todo bien, pero decile a tu amigo que ni se gaste porque no da! - le dije por lo bajo en un momento que quedamos solos.
- ¿Por lo de Orlando? - me preguntó.
- Si, no es por nada, pero no me siento cómoda viste...
- Tenés razón, yo ahora le digo!
Al rato, el pibe volvió a acercarse.
- No sabía que andabas con Orla, mil perdones! Pero igual, podemos seguir hablando, no?
Sergio después me dijo que estaba medio tomado y que obviamente algunas cosas no las entendía. De todos modos me sirvió para no quedarme sola cuando Yanina y Sergio desaparecieron en una de las habitaciones...
Cuando todos quisieron irse a bailar y mi amiga había regresado con una sonrisa en la cara, nosotras dijimos que agradecíamos la invitación pero nos íbamos para casa. Facu, uno de los chicos, se ofreció a llevarnos con el auto, y nosotras aceptamos más que gustosas. En el auto también vino Sergio.
- Diosa, mirá! - me dijo Yanina cuando nos indicaron donde estaba el auto.
- Ay, Yani! Se llama Facundo y tiene el mismo auto que el otro Facundo!
- Y está mas bueno que comer con la mano!! - acotó y reímos.
Saludé a Orlando y nos subimos al auto.
- Facu! Qué ganador eh! - gritó uno de los chicos antes de que arrancara.
En los asientos de atrás, Yanina y Sergio casi que ni se escuchaban. El viaje hasta mi casa fue corto, y cuando el nuevo Facundo frenó me di vuelta para saludar a los chicos.
- Diosa, no querés venir vos también a mi casa, así vamos los cuatro? - propuso Sergio.
- No gracias, mejor me voy a dormir. Yani, mañana llamame. Chau!! - y me estiré para saludar al conductor. Facundo no lo dudó y me besó. Mi primera experiencia con un piercing en la lengua. Nada mal.
Entré a mi casa y muerta de sueño me acosté. Al rato me suena el celular
Mensaje de Orlando:
"¿Dónde estás?"
Mensaje de LaDiosa:
"En mi casa, durmiendo"
Mensaje de Orlando:
"¿No querés salir con nosotros?"
Mensaje de LaDiosa:
"No, por eso me vine. Ya lo dije cuando estaba en tu casa"
Mensaje de Orlando:
"¿Y no querés que te vaya a buscar yo así te venís conmigo?"
Mensaje de LaDiosa:
"Te dije que estoy en la cama!! Ya fue Orla"
Mensaje de Orlando:
"En un rato estoy ahí"
Mensaje de LaDiosa:
"Me parece que no entendiste nada de lo que te dije. No vengas porque ya estoy durmiendo asique no pienso abrirte"

Obviamente no solo siguió mandandome mensajes, sino que me llamó 2 veces, las cuales no atendí.
De todo esto, lo que mas me preocupaba no era el hecho de que Orlando no haya cambiado su actitud y siguiera como si nada hubiera pasado hasta ahora; sino que a mi me causaba de todo menos indiferencia.
¿Para que voy a mentir?...

...a pesar de decirle que no, por dentro me moría de ganas por aceptar.