martes, 23 de agosto de 2011

Sand in my shoes

A pesar de mis ganas, Enzo siguió insistiendo con Yanina. Y ella lo siguió boludeando. 
- Me manda mensajes de texto para calentarme. O al menos eso intenta. - me contó mi amiga.
- ¿Posta? - pregunté un poco sorprendida. - ¿Qué te pone?
- Boludeces...tipo "lo que haría si me tuviera cerca" o "lo que va a hacerme cuando nos veamos". Igual, yo se que es puro chamuyo.
- Si, puede ser...
Entonces Yanina aceptó la invitación de Enzo para almorzar juntos en algún lugar de comidas rápidas del centro. 
- Nah, es un boludo a cuerda. Me habló de pelotudeces, se hizo el tierno contándome de lo linda que es la sobrinita, y demás giladas.
- ¿La pasaste mal entonces?
- Nah, aburrir no me aburrí...pero viste, le falta. A mi me gustan otras cosas...
- ¿Y no pasó nada?
- Cuando llegamos a la esquina que nos separamos para ir cada uno a su laburo, me dió un beso. Pero besa mal.
- Si, es verdad.
- Ah, cierto! - respondió casi como si habría olvidado la historia que Enzo y yo vivimos. La sabía a medias, pero la sabía.
Pero el que no se la olvidaba era Enzo. Hasta casi con un poco de culpa entre líneas, me firmó el muro del facebook con un comentario sobre lo linda que estaba en mi foto de perfil.
Pero yo no le respondí.
Al día siguiente, me escribió en el msn

Enzo dice:
tengo que suponer que estas enojada conmigo?

Pero tampoco le respondí.
La realidad era que no sabía que hacer.
- Me parece que no tenés que darle importancia. - me aconsejó Mecha. - O sea, no lo ignores, pero tampoco le des bola.
- Lo hace a propósito.
- ¡Obvio! Conociéndolo, lo hace para no desaparecer. Pero si te hacés la ofendida después le das motivos para que diga que sos una pendeja.
Entonces al otro día le hablé yo.

LaDiosa dice:
ayer no te contesté porque no estaba, cuando vine ya te habías ido
Enzo dice:
Ah, pensé que estabas enojada conmigo.
LaDiosa dice:
nah, no tengo motivos, no?
Enzo dice:
no sé, es que no me contestaste lo que te puse en el muro.
LaDiosa:
si, estaba buscando otra foto para cambiarla...si para vos está buena me da desconfianza jaja.

Como también me daban desconfianza los acontecimientos que sucedían entre Yanina y él.
- Ayer me pasó a buscar por la puerta de la oficina.
- Yani, me parece que esto ya se está yendo de tema. ¿Vas a poder manejarlo?
- Supongo. Me esperó con un chocolate. Pero lo peor de todo sabés que fue? ¡¡Me dijo "Te quiero"!!
- ¿¿Qué??
- Siiii!!! Jajaja!! Casi le largo una carcajada ahí mismo!! Yo igual no le creo, él se quiere hacer el osito cariñoso y le queda horrible!!
- No creo que lo diga por decir Yani...
- ¿Es que sabés que es lo más extraño? Que nunca me dice de salir, no me dice de vernos el finde, nada... ¿No quiere ponerla?
- No sé...ya te dije, debe de querer ir despacio. Que no pasé como la otra vez.
- Si, pero me voy a cansar Diosa. Yo le voy a tirar algún palito...
Pero en el camino, Yanina se distrajo. Un amigo de Víctor, su compañero de trabajo que la tenía loca, se le tiró directamente y sin rodeos. Y Yani aprovechó.
- Voy a salir con Javi.
- ¿Qué? Yani, estás loca...
- No! Si Víctor no me da bola yo voy a hacer la mía. Que él se vaya con la puta de la colorada...
- Pero Javier y Víctor son amigos! No podés buscarte otro?
- Justamente... No solo acepté porque me gusta, sino porque son amigos...¡¡Diosa, no entendés nada!!
Tenía razón, a esa altura yo ya no entendía nada, y menos a ella.
Se encontraron en algún lugar de Capital y directamente y sin rodeos terminaron en un telo pagando un turno en una habitación temática.
Pero el finde hot de Yani no terminó ahí. Al otro día se juntó con un tipo de la facultad a estudiar, y terminó teniendo sexo con él en el auto.
- ¡Diosa, no te cases antes de cogerte un viejo, yo se lo que te digo!
- ¿Cuántos años tiene éste?
- 38. Fue terrible...te juro.
Entonces vino Martín a mi mente, y las ganas truncas de mi historia con él. Y no pude hacer otra cosa que envidiar sanamente a mi amiga por poder hacer todo lo que tenía ganas de hacer sin miramientos o prohibiciones. Si bien teníamos muchas cosas en común, éstas eran las que nos diferenciaban. Yanina va al frente, no se reprime, hace lo que tiene ganas sin pensarlo demasiado. Y aunque no siempre hace lo correcto, jamás se queda con las ganas.
Yo en cambio ahí estaba, pensando en las cosas que hubiera hecho si sería como ella. Hubiera aceptado la propuesta de Martín. Hubiera hecho más cosas con Orlando. Mi relación con Enzo sería distinta. Y probablemente hubiera tenido momentos más íntimos con Facundo.
Pero yo era ésta, muy La Diosa. La que pensaba demasiado las cosas y muchas veces se inclinaba más por el "deber" que por el "querer".

Y luego empezó el segundo cuatrimestre de cuarto año. Para no perder la costumbre, el primer viernes salimos a cenar.  Fuimos Tomi, Mati, Orlando, Yanina y yo. Y ya que estábamos invitamos a Rosa y a Marina. Pedimos unas pizzas y comimos de lo lindo!
- Chicos, los podemos cambiar de mesa? No les molesta sentarse en los sillones? Van a estar más cómodos. - nos preguntó la mesera de siempre.
- No, dale! Yo aprovecho y me hago una escapada al baño. - comenté y el resto de las chicas se sumaron conmigo.
- Che, a este rubio no lo conocía!! - comentó Marina entusiasmada ya adentro del baño. 
- Es Orlando, yo te conté todo lo que pasó con él... Es el de la moto, el del departamento, el del pedo...etc., etc., etc.!!!
- Ahhhh!!! ¿Éste es? ¡¡Está re bueno!! - comentó excitada. Yo pude entender su emoción entré líneas y preferí prevenir.
- Si, es él. Asíque ya saben chicas: Orlando se mira y no se toca!!! Ok??
- ¡Obvio Diosa! - me respondío Rosa. Marina no dijo nada. - Aparte yo tengo ojos para Tomi nada mas...
- Ahhhhhhh!!! - la cargamos todas.
- Bueno, pero el que avisa no traiciona. - dije para asegurarme que estuvieran avisadas. No temía por Rosa, sabía que ella se moría por Tomi. Pero no me pasaba lo mismo con Marina. 
Volvimos a la mesa y seguimos por el postre mientras sacábamos fotos. Al terminar, decidimos ir a Crow's a bailar un rato.
Si bien a veces me pongo en negadora, pude sentir como Marina coqueteaba con Orlando. Y a él que le cuesta poco, también enganchaba el jueguito de seducción. "Son tus fantasmas Diosa", me repetía por dentro para tranquilizarme. "Además, Orlando es libre de hacer lo que quiera, dejalo en paz". Pero sin embargo, el instinto de defender lo que alguna vez fue mio, me brotaba por los poros. Si quería, que se levante a cualquier minita del boliche, pero de nuevo una amiga mia, no.
Y no tarde demasiado en confirmas mis sospechas. No sólo al día siguiente Marina ya había agregado al facebook a Orlando y había subido todas las fotos que nos habíamos sacado en la cena, comentándolas directamente para "Orli", sino que Yanina me dio la primicia.
- Te lo cuento, para que estes alerta. Pero prometí no decir nada, asique cerrá el culo. - me advirtió.
- Obvio Yani!! Decime ya que pasó!
- Ayer después de dejarte en tu casa, cuando Orlando me llevaba a la mia, me contó que Marina le mandó mensajes por facebook.
- ¿Qué?
- Si. Dice que él se sorprendió, pero que le mandó palos onda invitación para organizar algo los cuatro.
- Y los cuatro serían...
- Rosa, Tomi, Marina y él.
- No te la puedo creer!!! ¡¡¡Que pendeja turra!!!
- Por eso te lo cuento, para que estés prevenida de que esta minita no es de fiar. Pero no le digas nada, porque supuestamente no sabe nadie.
- No te preocupes, no digo nada. Además, quiero probarla, ver hasta dónde es capaz de llegar jugando por atrás. ¡Qué yegua!
Mis presentimientos, nuevamente me daban la razón. Debía estar mas atenta que nunca. Y para eso tenía un grupo de amigos que estaban de mi lado de verdad.
Dos domingos después, mientras estaba en el departamento con Tomi y Emi trabajando en el proyecto del colegio, me enteré de la siguiente noticia.
- Diosa... Tengo algo para contarte.
- ¿Qué pasó? - cuando levanté la vista para mirar a Tomi, me di cuenta que no era una buena noticia.
- Viste que anoche salí? Fui a Crow's. Y vi algo que aunque prometí que lo iba a callar, vos sos mi amiga y no puedo ocultarte algo que sé que es para tu bien.
- Te agradezco, pero dejá el suspenso! Igual presiento por dónde viene la mano. ¿Qué viste?
- Yo me encontré con Rosa. Y estaba Marina también. Aunque nunca la vi llegar, solo la crucé cuando salimos de Crow's y ella estaba en el auto de Orlando. O sea, no los vi haciendo nada, pero si estaba en el auto con él a esa hora, no creo que estuvieran hablando del clima.
- ...yo sabía... - atiné a decir con el poco de voz que me salió. - Gracias por contarme.
- Es que después yo las llevé a las dos a sus casas y Marina me pidió que no te contara nada. Y yo al principio no lo iba a hacer para que no te enojes, pero después pensé que a vos te gustaría saberlo y vos sos más amiga mia que Marina e incluso Orlando, asíque te lo dije. Pero eso sí, no le digas nada a nadie, prometemelo.
- ¿Por?
- Porque si ella es turra yo no quiero serlo, no quiero quedar como un chismoso ni pelearme con Orlando. Por favor, juramelo. ¡Qué no se te escape!
- Está bien, voy a hacer de cuenta que no se nada de nada, no te preocupes. Pero Marina es una turra y Rosa una pelotuda.
- Rosa no tiene nada que ver, ella trataba de hacerla entrar en razón. Le decía todo el tiempo que ella no quería pelearse con vos por culpa de las cagadas que se mandaba ella.
- Puede ser, pero por ahora es cómplice, asique también perdió mi respeto.
Esa noche, ya sola en mi cama, me puse a pensar tranquila en la situación que debía enfrentar. Por un lado, la bronca contenida por no poder gritarle en la cara a Marina que me había traicionado. Tampoco podía contarle a nadie más lo sucedido, porque así se lo había prometido a Tomi y si él había sido bueno conmigo no quería fallarle. Por otro lado, Orlando jamás entendío que hay ciertos códigos que no se deben romper. Habiendo 3 millones de mujeres, él seguía metiéndose con mis amigas.
Pero lo más difícil de todo, era tener que seguir viendolos a los dos como si nada de todo eso hubiera pasado. Sin ni siquiera saber si algo más pasaría entre ellos.
Aunque de algo sí estaba segura...

...la venganza sería terrible.

martes, 9 de agosto de 2011

Y esta lástima lastima

- Diosa, ¿a qué hora salís hoy? - me preguntó mi jefe.
- A las 15.30. ¿Qué necesita?
Horacio es un hombre bueno, pero muchas veces está de mal humor a causa de los constantes problemas que le trae el colegio. "Es un amarrete", se quejan algunos. "Ya está viejo", dicen otros. "Es un simple profesor de educación física", se animan los osados. Yo solo pienso que él hace lo que puede.
- La contadora que tenemos acá, me aconsejó mandar a hacer un programa para facturar cuotas. Y le pregunté a Fede y me dijo que vos hacés esas cosas.
Fede había empezado a trabajar en el colegio gracias a mi recomendación cuando decidieron echar al antiguo técnico.
- Si, es verdad. Tendría que contarme con mayor detalle de que se trata y si lo puedo hacer armo un presupuesto.
Horacio organizó una reunión con la contadora y el personal administrativo para que yo conozca lo que necesitaban.
- ¿Qué les parece la idea? - terminé de contar mientras Tomi y Emi me escuchaban atentamente.
- ¡Genial! ¿Te imaginás en un futuro no muy lejano armando nuestra propia empresita haciendo proyectos grosos? - soñaba Tomi.
- No estaría nada mal. - opinó con una sonrisa Emi.
Y así fue como nos embarcamos en nuestro primer proyecto como verdaderos analistas de sistemas que aspirábamos a hacer.
Nos juntábamos sábados o domingos en mi departamento con una buena cantidad de comida para trabajar todo el día.
- Diosa... - frenaba Emi de pronto. - Café!
Y yo dejaba lo que estaba haciendo para preparar la abundante merienda con los tazones de café, facturas, galletitas y/o tortas y dejar de lado las notebook durante un rato.
Pero no tuvimos en cuenta que el proyecto se iba a extender tanto y que íbamos a invertir todos los fines de semana de todo el año en nuestro "ingreso extra".
Fue así como un sábado cualquiera de ese año, el misterio de la Diosa se vio amenazado.
- Che, ¿Dónde dejaste anotado las correcciones del finde pasado? - me preguntó Tomi mientras yo estaba en la cocina batiendo el café instantáneo.
- En el cuaderno de hojas de colores. Agarralo. Está en mi bolso.
- ¿Y esto? ¿La lista del almacén? ¿Qué hacen nuestros nombres escritos acá? "Ida a Crow's" "Facundo discute con Débora" ¿Qué es todo esto Diosa?
Y de pronto dejé de batir. ¿Cómo había sido tan tonta como para descuidar semejante prueba de mi secreto?
- No es nada. - respondí tratando de sonar lo mas natural posible mientras salía de la cocina. - Dejalo, yo lo busco.
- ¿Tanta amnesia tenés que anotás todo lo que nos pasa? "Cena después de la facu" - continuaba leyendo. - ¿Qué es esto?
- ¡A ver! - se entusiasmó Emi.
- Dámelo!! - casi grito sacándoselo de la mano. - Es mío, no san chusmas.
- Es que no es normal que anotes todo. ¿Tenés algo? ¿Se lo mostrás a alguien?
- ¡No! Es una cosa mía...¡Qué les importa! - y mientras mentalmente trataba de buscar alguna excusa, ninguna era demasiado convincente como para decirla.
- Es que no es normal. - dijo Emi. - Aparte aparecen nuestros nombres...nos da miedo!
- ¡Ay que exagerado! No es nada...son cosas que escribo
- ¿Brujería? - Preguntó Tomi y ya era demasiado tarde como para inventar nada. Tampoco quería que piensen mal de mí.
- ¿Estás loco? No. Escribo. ¡Punto!
- ¿Un diario? ¿Un libro?
- Algo así... Tengo un blog.
- Hay que estar al pedo eh!
- Es mi catarsis Tomi...
- ¿Escribís tu vida? ¿Y sobre nosotros?
- Si Emi, y hay gente que me sigue, que le gusta. Y a mi me hace feliz!
- ¿Nos mostrás?
- Ni loca. Quiero que sea un secreto. ¿Puedo contar con ustedes para que no se lo cuenten a nadie?
- Obvio Diosa. De nosotros no va a salir.
- Gracias! De verdad es importante para mi mantenerlo oculto. 
- Igual me da intriga! - acotó Emi.
Los chicos me hicieron mas preguntas sobre el blog y algunas cosas les conté, pero la mayoría preferí mantenerlas en secreto.
Sin embargo, ese sábado me quebré.
Llegó el cumpleaños de Facundo e inevitablemente tuve muchas ganas de estar presente y saludarlo. Le mandé un mensaje lo más original que pude, con estilos de letras aprovechando que ambos teníamos el mismo modelo de celular. Me contestó que le había gustado mucho, y que a la noche me diera una vuelta por Crow's para brindar.
Como casualmente mis amigas también querían ir, allá me encontraba, parada junto a una de las barras viéndolo entrar con sus nuevas amigas de facultad.
- Feliz cumple Facu! - le dije cuando lo tuve frente a mi.
- Gracias Diosa. - me contestó mirándome a los ojos mientras la pesada esa que le tiene ganas me miraba con desconfianza. - Estamos en aquella punta, abajo del toldo...venite y tomamos un tequila, te parece?
- Dale, en un rato voy.
Pero no fui ni volví a pasar cerca de él. Traté de hacer la mía junto a mis amigas y hasta me atreví a hacer algo que no sucedía desde mucho tiempo: hablar con desconocidos, contestarle a aquellos que te vienen a chamuyar sin mostrar los colmillos, ser agradable y entablar una conversación, bailar o tomar algo. Y me divertí mucho.
- ¿Por qué no quisiste ir con él? - me preguntó después Emi.
- No daba, estaba con su grupo de gente, yo no encajo ahí.
- Pero si me dijiste que te invitó.
- Igual Emi, ya fue. Es hora que me saque a Facundo de la cabeza y por suerte lo estoy logrando. ¿Y sabés que? El blog tiene mucho que ver en esto. Contar lo que me pasa, lo que siento, lo que viví...plasmarlo en palabras y que gente totalmente objetiva lo lea y opine, te diría que hasta me da fuerzas. Me hace darle otra perspectiva a las cosas. Tomar distancia, ser más realista.
- Bueno, me alegro que te sirva tanto!
- No exagero. Es como si leyera mi vida en tercera persona, y por dentro opinara "Que boluda esta mina, no se da cuenta que este flaco no la quiere?". El problema es que soy muy orgullosa como para admitirlo.
Entonces me fui del bar sola, sin ni siquiera saludarlo mientras veía como la flaquita se le colgaba del cuello borracha y ridícula. "Yo tengo más estilo con el alcohol, nunca necesité revolcarme así", pensaba embroncada.
Por otro lado, a Emi le dio mucha curiosidad el tema del blog y a esta altura el secreto me pesaba demasiado como para no compartirlo con nadie asíque lo dejé leerlo. Sabía que ya no habrían mas secretos con él, pero sin embargo confiaba en su amistad asíque le pasé el link con la condición de que empezara desde el principio. Por suerte sus críticas fueron buenas. 
- Contame, qué pasó el sábado? Lo viste a Facundo? - me preguntó Yanina el lunes posterior en el medio de la clase de electromagnetismo.
- Si, pero nada. Lo saludé nada más.
- ¿Por? 
- Ya está Yani, no da para más. Y si no da, no hay que forzarlo. Las cosas se terminaron y creo que esta vez es definitivo. Va a ser lo mejor para mí.
- Si, yo siempre te dije que ese chico es muy raro. Pero se cuánto te moviliza a vos, asíque lo veo difícil que puedas hacer el borrón así de fácil. - Mi amiga tenía razón, sin embargo desconocía de mi nuevo mecanismo para hacerle frente a la realidad. 
- ¿Vos? ¿Alguna novedad del finde? 
- Si, hablé con Enzo. Quedamos en salir mañana cuando salgo del laburo.
Mis ojos volvieron a abrirse de par en par. Las idas y vueltas de esta historia no dejaban de sorprenderme nunca.
- ¿Para? No entiendo que buscas Yani...
- Nada. Encima me enteré que mi compañero del laburo, Víctor, sale con una colorada!! No sabés como me puse!! Nos peleamos re fuerte, nos dijimos de todo.
- A ver si entiendo...te peleaste con Víctor y arreglaste para salir con Enzo? ¿Lo estás haciendo por despecho Yani?
- Jajaja! Algo así. Busqué a alguno y el primero que apareció en la lista fue él, siempre está predispuesto.
- Pero a Enzo no te lo sacás de encima fácil...
- Si, ya sé. Pero bueno, es lo que hay.
Y por dentro pensaba que siempre iba a ser "lo que hay", porque Enzo siempre iba a estar para ella. Y a pesar de todo lo que había pasado entre nosotros, a mi me daba pena que Yanina lo usara, porque conocía mejor que nadie sus sentimientos verdaderos, bien diferentes a los de mi amiga. 
Pero al día siguiente Yanina entró al aula como todos los días.
- ¿No fuiste a verte con Enzo?
- Nah, no quería tener la falta asíque lo cancelé hace un rato.
Me mordí el labio y me sonreí por las travesuras que hacía, con tranquilidad porque no se había concretado el encuentro pero con bronca por la manera en que ella lo boludeaba. Porque a pesar de saber que Enzo se lo merecía...

...era inevitable que me doliera su dolor.

lunes, 1 de agosto de 2011

Divina verdad

- No me da mas la cabeza, te juro! - decía con el hilo de voz que me quedaba. Faltaban horas para dar el final que me separaba del título de Analista en Sistemas.
- Es el último esfuerzo, dale! - me incentivaban todos.
- El primero o el último, te juro que no me entra ni medio renglón más en mi disco rígido. Estoy agotada. Encima este tema de mierda que tengo que estudiar!!! Jamás lo voy a usar.
Estaba al borde de un colapso nervioso. Fuera de joda. 
Pero allá me encontraba. Parada adelante de la puerta que me separaba de la gloria o el infierno mismo. 
- Buenas noches señorita, ¿Cómo le va tanto tiempo?
- ¿Qué tal profe? Acá estoy, vengo a dar el final que me quedó pendiente en Marzo.
- ¿Está segura?
- Siempre. - mentí. El gordito ayudante de cátedra se reía mientras seguía buscando en You Tube videos de un auto que quería comprarse.
- Bueno, cuando quieras me avisas y te tomo. Tenés la suerte, o la desgracia, de ser la única que se presenta. Asíque como estoy aburrido te puedo tomar bastantes cosas.
- Ah...genial, jeje.
Me senté en un banco a leer por enésima vez los apuntes que tan prolijamente había subrayado con marcadores de diferentes colores y que tenían anotaciones en lápiz por todos los márgenes. Todavía me seguían llegando mensajes de texto de todos mis amigos deseándome suerte. ¡Un milagro necesitaba!
- Bueno, ¿por qué no va viniendo que no me quiero ir a la madrugada? Déle...me imagino que Roberto le dio varias clases, no? - me dijo el profesor y ahí mismo recordé que ellos se hablaban bastante. ¿Le habría dado alguna recomendación? Ser ayudante de un profesor que hacía años que trabajaba en la facultad, me había dado varias ventajas en la carrera. Quizás esta era una de esas veces.
- No, él no me ayuda en estas cosas. 
- Ya lo creo. Bueno, empecemos. ¿Sobre que me querés hablar?
- Estoy tan nerviosa que de nada! Jaja! Mejor pregúnteme usted.
- Está bien...contame a ver, ¿para que se utiliza el patrón de diseño de software Facade?
Y ahí empecé a decirle. Admito que los nervios me jugaron una mala pasada y varias veces me trabé, pero pude resolverlo explicándolo con mis propias palabras...poco profesionales, pero las únicas que encontré.
- Yo ya me cansé. ¿Vos? ¿Querés tomarle algo? - le dijo después de la tercer pregunta al ayudante de cátedra. Yo rezaba para que respondiera que no.
- Si. - ¡Pero la put...! - A ver...¿qué te puedo preguntar? ¡Ah! ¡Ya sé! Hablame sobre la persistencia.
Persistencia me hacía falta a mi! Pero por suerte esa me la sabía de pe a pa. Y ahí nomás el gordito también se cansó y me dijo que juntara mis cosas y le diera la libreta.
Deliberaron un rato la nota, y entre los murmullos pude entender que uno quería ponerme un puntito más que el otro. Me acerqué despacio con la cartera al hombro. El profesor extendió la mano y al mismo tiempo que me daba la libreta me saludó con una sonrisa. 
No me dieron los pies para salir de aula y abrazarme con el primero que encontré en el pasillo, que por suerte era el hermano de Rosa y Marina. 
- ¿Y? ¿Cómo te fue?
- No sé!
- ¿Cómo que no? Fíjate!!
Y ahí nomás vi el glorioso 8 que me habían puesto. Estaba chocha de la vida! Llamé a mi mamá y me vino a buscar con el auto. La sorpresa era un ramo gigante de flores y un hermoso dije de regalo.
"Tengo título universitario", pensaba. "Intermedio...pero universitario al fin."
Me parecía mentira que ya hubieran pasado tres años y medio desde mi primer día de clases. Me parecía que fue ayer cuando había pisado ese lugar con temor y mucha incertidumbre. Y por fin había logrado dar mi primer paso. 
- Este se festeja, claramente. - me amenazó Yanina.
- Si!! Obvio!! Me quiero sacar de encima toda esa carga que tenía!!
- Bueno, vos sos la organizadora oficial del grupo, asíque armá algo.
Asíque no me quedó otra que armar mi propio festejo. Ese fin de semana salimos todos a comer pizza a un lugar bastante copado de la zona. Vinieron Emi, Tomi, Yani, Renata, Rosa, Marina, Yiyo y Laura. Nos sacamos fotos, brindamos, hicimos chistes y disfruté como nunca de mis amigos.
- ¿A dónde querés ir Diosa? ¿Vamos a otro lugar que no sea el de siempre? - me sugirió Yanina.
- No, quiero ir a Crow's...les molesta?
- No, todo bien. Hoy decidís vos!! Es tu noche amiga! - me dijeron todos de acuerdo.
Lo que no les conté a mis amigos fue el motivo de mi elección. El día anterior había hablado con Facundo. Luego de felicitarme por mi título lo invité a sumarse a los festejos, y ese día entre pizza y pizza había recibido un mensaje suyo.
"Estoy cenando con mis viejos. Después donde vas a estar? Cuando termino voy"
Entonces elegí el mítico lugar de siempre. Yo estaba tan exultante que le contaba hasta a los patovicas el motivo de mi festejo. Todos ya me conocían asíque se alegraron y festejaron conmigo.
Pero el tiempo pasaba y Facundo no aparecía. 
- ¿Qué pasa Diosa? - me preguntó Marina al ver mi cara. 
- ¿Me acompañás a la puerta? - y cuando salimos vi que ya no estaban dejando entrar a nadie mas debido a lo que prohibía la municipalidad. Y ahí paradito estaba Facundo, esperando que alguien se apiadara. Me hizo una seña y yo le dije que se quedara tranquilo.
- ¡Fer! ¡Fer! - llamé enseguida al patovica lleno de piercings. Sí, ese que Renata me había confirmado que me tenía ganas. - Necesito un favor.
- ¿Qué pasa Diosa?
- ¿Ves ese chico? El alto de campera verde. Tenés que dejarlo pasar.
- No puedo, anda el dueño por acá, me mata!
- Vos podés, dale! Aparte imaginate, vino a festejar el título conmigo, onda que desde la vereda se complica.
- Ya entraron todos tus amiguitos...
- Sí, pero él es especial. De verdad que necesito que entre - supliqué con mi mejor cara. Fernando se apiadó y le hizo una seña al que estaba al lado de la soguita. Éste la abrió y lo señaló entre medio del tumulto para que sólo él entrara. Las pibas que estaban afuera gritaban de bronca. 
- No sabía que tenías tanta chapa acá. ¿O es ahora que sos Analista?
- Jaja! ¿Viste?
Entramos y en una de las barras se encontró con un amigo que se sumó a la compra de un Fresita para brindar. Marina desapareció atrás de no se quién, pero fue reemplazada en seguida por su hermana Rosa y Tomi, que se despedían con un beso.
- ¿Te vas?
- Si Diosa, me voy que no doy mas y lo llevo a Emi a la casa también.
- Uhhh! Que ortiva que sos nene eh!!
- Igual que te preocupa? Si ya estás con tu amorcito!! ¿Cómo sabía que estábamos acá?
- Yo le había avisado. La verdad es que dudé, pero después me di cuenta que este era un momento muy importante para mí, y que si él no venía iba a estar incompleta.
- Está bien, si es lo que vos querés está perfecto.
Pero al despedir a mis amigos y volver a la barra para encontrarme con mi copa de Fresita, vi que Rosa se había quedado triste.
- ¿Qué pasó?
- Nada, estuve hablando con Tomi. Me dijo que no quiere que me confunda, que las cosas entre nosotros están bien pero que por ahora él no quiere nada más serio, que tiene muchas responsabilidades y una más no puede. 
- Sí, algo de eso sé porque él me contó. Y está bien Rosa, yo te dije que no lo presiones. Que necesita aire...si sabes que después termina viniendo!
- No sé, te juro que me confunde mucho.
- ¿Vos que opinas Facu? - pregunté incorporándolo a la charla con un guiño a mi amiga para que me siga la corriente. - Una opinión masculina siempre es buena.
- No sé como es bien la situación entre ustedes. Si me contás...
- Nos conocemos hace un tiempo - contaba Rosa. - Por medio de ella. Nos vemos casi todos los fines de semana cuando salimos. Y estamos re bien, él me trata genial, charlamos, nos divertimos. Pero ahora me dice que él tiene su trabajo, la facultad, y sus amigos...y que encima sumar otra responsabilidad a todo eso sería demasiado. Que no tendría tiempo para una novia. Por eso no quiere nada serio conmigo. ¿Entendés?
- Y...es sencillo. Para él está todo bien entre ustedes pero mientras se de. Hay algo que es claro. Si vos querés hacerte tiempo, podés. Y más cuando los otros motivos son cosas tan aburridas como trabajo y estudio. Lamentablemente si te dice eso es porque en su escala de prioridades todo eso está antes que vos. Por ende, no hay lugar para una relación.
- ¿Y por qué entonces cuando nos vemos está todo bien? Me trata como una reina!
- Porque eso no quita que con vos la pase bien. Él no va a ir a buscarte o no te va a adoptar como algo de su rutina. Pero si se da verse va a estar todo bien, porque con vos la pasa bien...Vas a tener que aceptar lo que él te da, o ir a buscar otra cosa.
- ¡Como son los hombres! - exclamó Rosa con una sonrisa irónica. - Ellos se entienden a la perfección...¿No Diosa?
- ¿Eh? Ah, sí... - dije bajando de golpe de mis pensamientos.  - Los hombres para estas cosas piensan todos igual. Te lo digo yo que convivo con 40 tipos todos los días y los escucho hablar de mujeres la otra mitad del tiempo que no hablan ni de futbol ni de autos. Por eso Rosa, andá tranqui con Tomi, no lo ahogues. 
- Puede ser... ¡Gracias chicos! - Y dando media vuelta nos dejó solos. 
Pero no pasó nada. Ni siquiera intenté acercarme a él. Yo lo había invitado para que esa noche fuera perfecta, y me encontré con una realidad que siempre supe pero nunca había escuchado con tanta claridad. Porque de algo estaba segura...Facundo no le estaba dando un consejo a Rosa...

...me estaba hablando a mí.