lunes, 29 de noviembre de 2010

Qué difícil se me hace

Facu dice:
me dijeron que al pedo conociste el bar nuevo porque al otro día ya te acordabas poco y nada
LaDiosa dice:
Marianela, no? No sé si por suerte o por desgracia, pero me acuerdo de TODO
Facu dice:
por la data que me llegó me asombra que te acuerdes la contraseña del msn jaja
LaDiosa dice:
es que está puesto para que inicie sesión solo! Igual hasta ahora nunca perdí la memoria en pedo, se ve que soy memoriosa
Facu dice:
que onda, ese tequila venía fallado
LaDiosa dice:
no creo, porque probé el de del bar nuevo y el de Crow's... mucha casualidad!
Facu dice:
te vas a tener que poner en pedo más seguido con diferentes bebidas a ver que pasa, todo sea por a ciencia! Si nada te produce daños cerebrales es un caso digno de estudio jaja
LaDiosa dice:
bueno, tachá tekila, gancia y piel de iguana! ah, y speed con melón....y CREO que nada mas! También me acuerdo que estuve asi [ ] de llamarte jajaja! pero Marianela de mierda me sacó el celu
Facu dice:
cuando estabas en Crow's?
LaDiosa dice:
claro...y cuando me sacaba el celu yo lloraba
Facu dice:
igual entre la música de fondo y tu borrachera no hubiese sido una charla muy fluida
LaDiosa dice:
seguramente o te hubiera pedido perdón como hice con otro que si pude llamar en un momento de distracción de Mari, o te hubiera puteado como putié al que me compró los tekilas :P
Facu dice:
jaja onda si dejaba sonar el teléfono un número de veces par me pedías perdón, impar me ligaba unas puteadas
LaDiosa dice:
cualquiera que te llame 5 am para pedirte perdón por estar en pedo!! jaja hubiera sido gracioso!!
Facu dice:
te hubiese perdonado y mandado a rezar 10 padre nuestro, no se por qué pero por las dudas
LaDiosa dice:
evidentemente los viernes no me sientan bien
Facu dice:
la señorita se toma 5 tequilas y la culpa es de los viernes
LaDiosa dice:
y del idiota que me los compró! A pesar de mi evidente estado
Facu dice:
pero que onda, te dijo a que no te tomás 2 tequilas y le dijiste a que me tomo 4?
LaDiosa dice:
noooo, íbamos a hacer ronda entre varios, y después de que yo me tomara el mio, me dio el suyo...y después me siguió comprando...o sea, re adrede, lo hizo de turro y yo una boluda que los tomaba
Facu dice:
a tequila regalado no se le miran los dientes
LaDiosa dice:
eso pensé en el momento...pero después me di cuenta cuales eran sus intenciones (léase al otro día)
Facu dice:
a menos que le gusten los besos romanos (léase vomitarse unos a otros) se fue al carajo con sus intenciones jaja
LaDiosa dice:
sisi, tal cual...bue, pero eso sumado a otras cosas, ahora tengo tremenda bronca...igual no pienso decir la típica frase borracha de "nunca mas tomo"
Facu dice:
bajate el tema the worst hangover ever, de the offspring, es para estos casos
LaDiosa dice:
casos en los que te empedan a propósito?
Facu dice:
eso es lo de menos, la resaca no distingue si fue sin querer o queriendo :P
LaDiosa dice:
es verdad! encima después le compré unos caramelos a un ciego (que se los regatié mal jaja) y Mari me cagó a pedos por sacar la billetera ahí...y media cuadra después le digo: "el ciego me está mirando maaal" jajaja
Facu dice:
tal vez no estabas tan errada, hay un supuesto ciego de la lotería solidaria a quién he visto en varias oportunidades darse vuelta a ver minitas

Sí, las lágrimas de pronto dejaron de correr por mis mejillas, y de a poco una sonrisa reparadora comenzó a asomarse en mis comisuras.
La conversación se puso divertida y por un momento pude olvidarme de todo lo que había ocurrido y me atormentaba. Hasta incluso me olvidé de que justamente él había sido la causa de mi desamor y posterior borrachera.
Al lunes siguiente, ver entrar a Orlando al aula, me causó una puñalada en la panza. Mi cuerpo me pedía a gritos descagar mi bronca. Sin embargo, mentuve la calma e hicimos como si nada hubiera pasado.
El resto de la semana me la pasé trabajando horas extra en el colegio cubriendo una profesora de licencia, y estudiando para la facultad.
Con el único con el que seguía hablando como de costumbre, era con Enzo. Obviamente me tuve que tragar todo su rosario de retos por las cagadas que me mandaba constantemente, pero me hacía bien que alguien ajeno a la situación pudiera hacerme razonar. Sin embargo, ultimamente había ciertas actitudes en sus consejos que distaban demasiado de ser objetivas e inocentes. Desde que le había contado lo que pasó con Facundo y luego con Orlando, su actitud había cambiado. Ya no me trataba con tanto cariño, había perdido un poco la paciencia y hasta incluso algunos de sus nicks me preocupaban.
Hasta que un día, tuvimos una conversación que me hizo dar cuenta de como eran las cosas.

Enzo dice:
si me das un motivo mínimamente valedero, no salgo YA a abrir como un pollo con un cuchillo Tramontina a Yanina
LaDiosa dice:
por qué yo sufriría mucho?
Enzo dice:
ok, motivo mas que valedero. La salvaste vos, creeme.
LaDiosa dice:
que importante me siento 8-) igual no entiendo
Enzo dice:
no importa... pero te juro que la mataría a palazos... con un palo de escoba le pegaría hasta que ya no respire
LaDiosa dice:
no sé....la matarías hace mucho tiempo pero la seguís igual!
Enzo dice:
nah, se acaba de terminar todo, y no precisamente bien
LaDiosa dice:
últimamente yo no entiendo nada
Enzo dice:
¿A vos te parece? Le digo que pese a todo lo que pasó que yo la quiero. Y si bien ya terminó todo entre nosotros, igual está todo más que bien. Pero la pelotuda de tu amiga me dice que como yo no pude quedarme ni con ella ni con vos, ahora volvía haciéndome el buenito con ella. Que no es ninguna boluda y que se da cuenta de mi “jueguito”. ¿La tengo que matar o no? Me dice que por un momento se la creyó y todo, que tengo un buen chamuyo y me felicita. Me da por las pelotas que diga que te estoy pelotudeando a vos.
LaDiosa dice:
no sé Enzo, tendrá sus razones para pensar eso...no creo que te bardee porque si. No digo que tenga razón, pero no lo va a decir porque si
Enzo dice:
no lo puedo creer
LaDiosa dice:
mirá, te puedo decir algo?
Enzo dice:
si, decime lo que quieras, total
LaDiosa dice:
todos sabemos que yo soy bastante boluda e ingenua, y a veces me trago buzones de las personas. Pero no me importa porque yo soy así y aprendo de mis errores (aunque vos me digas que me tengo que arrepentir para aprender) No sé si lo que piensa Yani es verdad, no sé si es verdad que lo todo lo que decís/haces/etc. es chamuyo o que miércoles…lo que si sé es que yo a vos te quiero un montón y me encanta hablar con vos y que me escuches y me psicologues :P ....realmente me importa poco si me querías dar o dejar de dar porque para mi es mas importante tenerte como amigo. Pero me gustaría sentir que Yani está equivocada, porque la verdad es que me disgustó bastante que después de que te conté lo de Facundo no hayas demostrado interés
Enzo dice:
te hago un comentario para que te cierre eso y sigo con lo de Yani: no mostré interés simplemente porque me puse celoso. Punto.
Y lo de Yani me pone del orto, porque ella ve lo que quiere. Me trata de que siempre yo no le di bola y nunca le demostré que la quería, cuando vos y yo sabemos que eso no es así. Y encima que me trata así, para no terminar mal le digo "ok todo bien, igual sabe que te quiero y si me necesitas sigo acá" y la pelotuda me responde "ay, porque te quedás sin el pan y sin la torta ahora venís con la boluda..." y ahí me salto la térmica, pendeja de re mierda... encima que no movió un PUTO pelo después que estuve atrás de ella casi un año me dice que no le demostré nada, que se vaya a la re puta que la parió
LaDiosa dice:
no sé...yo ya no entiendo nada más de eso y no quiero seguir opinando, me saturó el tema
Enzo dice:
a mi mas que a vos creeme. Me voy a dormir, estoy MUY caliente y necesito calmarme.
y para que no te agarre el raye Yaninita... te quedó claro lo que te dije sobre lo de Facundo?
LaDiosa dice:
no se....lo que pasa es que me da mucha bronca estar en el medio de los quilombos que tuvieron/tienen/tendrán ustedes dos...yo no quiero tener nada que ver con eso!!
Enzo dice:
Vos no tenés nada q ver con eso, acá el punto es que tu amiga ve lo que se le canta el orto, excede a vos
LaDiosa dice:
por qué termino en el medio entonces?
Enzo dice:
dijo que terminaste en el medio?
LaDiosa dice:
es que así me hacen sentir! uno hablándome (mal) del otro todo el tiempo
Enzo dice:
eso es porque los dos tenemos relación con vos, nada mas. Nadie te metió en el medio
No quiero hablar mas de ella, se acabó, listo. Repito, porque me interesa que no te agarre la misma enfermedad de ella, entendiste lo que te dije con respecto a vos?
LaDiosa dice:
maso entendí...o sea, para tanto era?
Enzo dice:
porque decís para tanto?
LaDiosa dice:
si, que ni me hablabas!
Enzo dice:
bueno, se me tenía que pasar...
LaDiosa dice:
por eso digo...para tanto?
Enzo dice:
Bueno, te jode??
LaDiosa dice:
es que yo necesitaba hablarlo con vos, como hago con todo!
Enzo dice:
bueno, NO QUIERO SABER COMO TE LO COGISTE, te lo agradezco, pero no quiero saber tanto porque a mi si ME JODE. ¿Tanto quilombo por eso? ¿No me puedo poner celoso? Puta madre!
LaDiosa dice:
mi problema es que yo antes podía contarte todo y ahora ya no y no quiero eso!
Enzo dice:
ok, tengo yo la culpa de que te quiera un poco mas y ya me jodan ciertas cosas, perdoname, no quiere decir que no puedas confiar en mi... OK? pero solo te reservo ciertos detalles, TAN MAL ESTA ESO?
me voy a dormir Diosa, perdoname, pero estoy del orto.
LaDiosa dice:
bueno....esta bien. Descansa que no es para tanto, creo
Enzo dice:
No se, no fue un buen día tampoco hoy... asíque como que acumulé. Cuidate y que descanses gracias por bancarme a mi también si me rayo
LaDiosa dice:
nah, después de las que me bancaste vos!
Enzo dice:
mañana si te conectas y querés me contás todo lo que quieras... cuidate
te quiero, beso.


...ese fue el momento en el que se empezó a complicar todo con Enzo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Fé de erratas

No me gusta justificarme, pero definitivamente no sabía lo que estaba haciendo.
Empezamos a caminar y ni siquiera el sol de la mañana me hizo reaccionar. Llegamos a la puerta del departamento, y empecé a revolver las cosas de la cartera para buscar mi llave secreta.
- Entrá. - dije abriendo la puerta. - tratá de no hacer ruido. No quiero que los vecinos escuchen.
Subimos y por suerte todavía el resto de los inquilinos parecían dormir.
- ¿Esto es tuyo? - dijo Orlando sorprendido al ver semejante bulo, prácticamente desaprovechado. - Altas fiestas acá, no?
No respondí, dejé que pensara lo que quisiera. Me sentía confundida, y en los pocos segundos de conciencia que lograba alcanzar, me preguntaba como me había permitido llegar a esa situación. Sabía perfectamente que me estaba equivocando, pero algo me tenía estancada en el piso imposibilitándome correr hacia otra dirección.
Suspiré y dejé la cartera en el piso. Orlando se acercó y tomándome del cuello empezó a besarme.
- ¿Podemos ir a la habitación?
Y acepté.
Dejé que él haga. Me dejó hacerle. Hicimos. Deshice.
Me gustó. Le gusté. Nos degustamos.
Estaba vez no estaba nerviosa, no estaba inhibida, no tenía más miedos. Quizás por eso lo disfruté mucho. Pero miento si digo que me gustó más que mi primera vez con Facundo.
- Tenés un tatuaje...ahí.
Orlando tenía un dragón exactamente en el mismo lugar que Facundo el tatoo de Los Piojos.
Cerré los ojos. Definitivamente no quería estar ahí. Estaba acostada con un hombre, simplemente por despecho a una persona que ni siquiera iba a enterarse, y en caso de que lo hiciera, poco se iba a preocupar.
- Me tengo que ir. - dije levantándome y juntando la ropa. - Dale, vestite. - Y desaparecí en el baño.
La cabeza me daba vueltas, el estómago se me retorcía. A penas podía mantenerme en pie. ¡Pero si no había tomado tanto! Entonces recordé las palabras de un amigo: "Lo que tomás, te pega más o menos, dependiendo tu estado de ánimo, y de tus ganas de hacerte mal".
Escuché que mi celular no paraba de sonar. Fui a buscarlo al comedor. Mi mamá no dejaba de llamarme y mandarme mensajes. Me había escuchado llegar a mi casa, pero también volver a irme y estaba preocupada. Le contesté que ya iba.
- ¿Estás ya?
- Si. Vamos.
Salimos, y el sol volvió a encandilarme. Llegamos a la esquina y lo saludé rapidito para apurarme a llegar a casa. Mi mamá me gritó un poco por haberle dado tal susto. Tenía razón, obviamente, pero lo único que me importaba era que no notara mi estado. Inventé la primer excusa que se me ocurrió para justificar mi salida y me fui a dormir.
En la cama era peor, el mareo se intensificó y tuve miedo de volver a vomitar. Pero al rato, caí rendida.
Parecieron 5 minutos, pero luego de 5 horas, me despertaron para almorzar. Terminé de comer y me conecté al msn para hablar con las chicas.

Mari dice:
¿estás mas tranquila?
LaDiosa dice:
no, sigo mareada.
Mari dice:
y si, no es para menos!
LaDiosa dice:
no pude haber caído tan bajo. Nunca pensé que por despecho fuera a hacer algo así. De verdad que me dolía el pecho de pensar en Facundo. Por eso tomé tanto. Por eso me pegó tanto.
Mari dice:
y por eso querías llamarlo a toda costa. Hice bien en frenarte, no?
LaDiosa dice:
sí. Al pedo hubiera sido. Le mandé mensajes a Enzo. Ahora me está retando por boluda y tiene razón.
Mari dice:
bue, ya está Diosa. Una borrachera le pasa a cualquiera.
LaDiosa dice:
es que hay una parte que no sabés...Orlando me vino a buscar después.
Mari dice:
a tu casa???
LaDiosa dice:
sí. Quería que me vaya con él....y acepté, Mari. Me fui al departamento con Orla. Estuve con él. Soy una boluda, ya sé.
Mari dice:
no, que se yo. Si vos querías...
LaDiosa dice:
quería. Orlando me gusta. Pero no era ésta la manera. No para sacarme la bronca.
Mari dice:
al menos lo disfrutaste?
LaDiosa dice:
si, la pasé bien. Fue como si el estado etílico que tenía, colaborara para que yo me dejara llevar.
Mari dice:
está bien Diosa. Tomalo como lo que fue, no?

Mientras hablaba con Marianela, trataba de procesar sus palabras para asimilarlas de acuerdo a lo que había vivido la noche anterior. Hubo algo que no le dije. El despecho que me llevó a estar con Orlando, no era solo de parte de Facundo, sino también por ella. Necesitaba marcar mi territorio. Ahora no tenía excusas, sabía que no debía meterse con él bajo ninguna circunstancia.

Yani dice:
Diosa ya fue, no te hagas más la cabeza. Mientras no te arrepientas, disfrutá lo que pasó.
LaDiosa dice:
si, ya está. Aunque me da un poco de bronca que todo el mundo se cague en mí. Marianela ni se preocupó por como estaba, hizo la suya toda la noche. Me dejó re sola, pero buen. Y Orlando...ya sé que no puedo reclamarle, pero al chabón no le importa nada!
Yani dice:
Orlando hace la suya. Lo que a él le conviene. Ahora está en vos si aceptás lo que él te ofrece o no. No podés recriminarle nada.
LaDiosa dice:
tenés razón. Lo mejor va a ser que no pasé mas nada entre nosotros...
Yani dice:
capaz no sea la solución. Si me decís que la pasaste bien, porque no puede haber otra vez? Mientras te cuides, hace lo que quieras! jaja! Porque, me imagino que te cuidaste, no?

Entonces empecé a recordar lo que pasó entre Orlando y yo desde que entramos a la habitación hasta que le pedí que nos vayáramos.
Un calor me envolvió el cuerpo y por primera vez, tuve miedo.

LaDiosa dice:
no me acuerdo Yani.
Yani dice:
¿¡¿¡Cómo que no nena?!?!
LaDiosa dice:
bah, en realidad si me acuerdo. Tengo el defecto (o virtud?) de nunca perder la memoria, aún borracha. Y me acuerdo que dijo que no tenía forros. Y ahora que me lo decís, no. No nos cuidamos. Me quiero matar.
Yani dice:
sos una pelotuda.
LaDiosa dice:
eso no es novedad. Ayudame a arreglarlo.

Un rato más tarde, estaba caminando con Marianela derecho a la farmacia. Me sentía una estúpida, pero de algo estaba segura: ese fin de semana iba a servirme de escarmiento.
- ¿Si? ¿Qué vas a llevar? - me dijo el farmacéutico. Habíamos elegido una Farma 24 bastante alejada del barrio para no correr riesgos.
- Quería una pastilla del día después - dije con todo el miedo del mundo. Aunque Marianela tenía mas que yo.
- ¿Tomaste alguna vez? - yo negué con la cabeza. - Te tomás una y la segunda a las 24 hs. Tiene que ser antes de los 2 días después del acto sexual.
- Ok. Y dame un paquete de pañuelitos. - me apuré a decir para descontracturar la situación. Salimos, aliviadas. De alguna manera, la situación ahora nos había vuelto a unir. Mi amiga estaba volviendo a hacer buena letra.
- ¿Le vas a contar a Orlando? - me preguntó.
- No. Es al pedo. A partir de ahora el trato va a ser como un compañero más, y punto!
Pero cuando llegué a mi casa, lo vi conectado y cambié de idea.

LaDiosa dice:
recién ahora caigo de todo lo que pasó ayer
Orla dice:
yo también, no te preocupes jaja
LaDiosa dice:
mentira...vos no!
Orla dice:
creo que nunca en la vida me putearon tanto sin sentido.
LaDiosa dice:
y lo seguiría haciendo creo.
Orla dice:
como digas. No me quiero pelear con vos Diosa, me caés bien. Y encima nos tenemos que ver todos los días, no da.
LaDiosa dice:
Yo no me quiero pelear. Pero me da bronca que con el pedo tremendo que tenía (sin contar los tequilas que me compraste) no me hayas cuidado ni un poco
Orla dice:
bueno, pero me decías que no y ya está! No me gusta poner en pedo a minas para estar con ellas. Tomo porque me gusta, y te dí porque aceptaste.
LaDiosa dice:
no te digo que me obligaste a tomar, sino que después no actuaste como yo esperaba que lo hicieras. No quiero recriminarte nada, pero quiero que tengamos las cosas claras.
Orla dice:
Diosa, si querés ver las cosas así, está bien, lo acepto. Ya fue, todo bien, posta.
LaDiosa dice:
sí, no queda otra, ya fue.

Necesitaba encontrar un motivo para no echarme la culpa solamente a mi de lo sucedido. Pero no encontré ni uno solo. Yo era responsable de la cagada que me había mandado, y ahora tenía que hacerme cargo.
Me quedé mirando el monitor con la mente en blanco, hasta que algunas lágrimas comenzaron a recorrer mi mejilla.
De pronto, una pantallita nueva empezó a titilar. "Me dijeron que al pedo conociste el bar nuevo porque al otro día ya te acordabas poco y nada"...

...Facundo era la causa y la solución de todos mis problemas.

lunes, 8 de noviembre de 2010

De mala muerte

- ¿Me pueden explicar que carajo estan haciendo? - dije con todo el odio contenido en mi estómago y el mareo provocado por los 3 tekilas recién tomados.
Se soltaron y Marianela miró en dirección contraria a donde estaba yo. Orlando en cambio se acercó.
- Nada Diosa, ¿qué te pasa?
- ¡¿Qué "que me pasa"?! Me pasa que ustedes dos me están tratando de pelotuda otra vez!
Fede trataba de frenarme como podía, pero yo luchaba para colgarme de la yugular de cualquiera de los dos.
- Nadie piensa eso de vos. - me dijo.
- Callate hijo de puta! - le grité. - Y vos nena, no entendiste una mierda de todo lo que hablamos, no?
- Estás en pedo, Diosa. - atinó a contestarme con su mejor cara de "yo no fui".
- Los borrachos dicen la verdad, no?
Marianela no sabía que decirme. Ahora jugaba el papel de amiga que traba de cuidarme por mi borrachera. Y eso me enfermaba mas aún. Era la mejor excusa que tenía para ocultar sus verdaderas intenciones.
- Diosa, vení a sentarte al sillón. - dijo Fede agarrándome del brazo. - Dejalos que se maten y hagan la suya. No te enrosques. - me dijo al oido mientras poco a poco fui cediendo para hacerle caso.
- ¿Tanta cara de boluda tengo? - le pregunté ya vencida.
- No, para nada. Los boludos son ellos que te hacen estas cosas. Pero vos te tenés que quedar acá esperando que se te pase el pedo terrible que te agarraste. ¿Está bien?
- Si Fede. - contesté como una nena obediente. - Por favor no me dejés sola. Me siento muy mal. Quedate conmigo! - le rogué. Sentía una revolución en mi sistema digestivo.
- Estoy acá, no me voy
- No me dejes sola! - volví a gritar colgándome de su cuello. Tenía muchas ganas de llorar.
- No te dejo. Pero me está sonando el celular, quiero agarrarlo, Diosa. - dijo Fede mientras me maniobraba para sacar el teléfono del bolsillo. - Es Mecha. - me contó mientras antendía. - ¿Hola? Si, estoy en Crow's conteniendo a la borracha de tu amiga.
Entonces se me prendió una lamparita y agarré mi celular. "", me decía a mi misma con cada tecla que apretaba, "ahora me va a escuchar, yo estoy así por su culpa".
"Llamando a Facu", decía la pantallita. Me temblaba el cuerpo, pero necesitaba escuchar su voz.
- ¿¡Qué hacés, Diosa?! - me retó de pronto Marianela mientras me sacaba el teléfono de la mano. Forcejeamos, pero entre todos los botoncitos que apretamos, la llamada se cortó.
- ¡¡Dejame!! Andate con el otro y dejame hacer mi vida! - le reproché.
- No, no te voy a dejar porque mañana te vas a arrepentir de haberlo llamado.
- Me arrepiento de tantas cosas que de una mas no me hace la diferencia!! Dame mi celular.
Marianela me lo devolvió y yo retomé mi plan.
- ¿Vas a llamarlo otra vez?
- No, voy a hacer otra cosa.
Entonces escribí un mensaje:
"Tomé mucho, estoy en Crow's practicamente sola, y ahora que te necesito no estás"
Pero no, no se lo mandé a Facundo. Abrí la lista de contactos y en cambio busqué a Enzo.
Al rato recibí su respuesta.
"Si no estaría en un casamiento, iría urgente para ver eso. Cuidate nena!"
- ¿Por qué a Enzo? - me preguntó Marianela que miraba todo sentada al lado mio. Orlando, mientras, bailaba cerca con sus amigos.
- Porque es el único que me entiende y me dice las cosas como son. - Contesté mientras escribía mi respuesta. Nos mandamos algunos mensajes mas, y milagrosamente, mi ansiedad se había calmado. Definitivamente no había elegido mal mi destinatario.
- Chicas, me tengo que ir. - dijo Fede al rato. - ¿La cuidás? - le preguntó a Marianela.
- Si, yo me quedo con ella.
- Chau Diosa! - me dijo. Lo miré con mi mejor cara de pollito mojado, rogándole que no se fuera, como si pudiera advertir cual sería mi final. Pero Fede tenía que irse y así lo hizo. Ahora me sentía desprotegida, y en un abrir y cerrar de ojos, mi malestar se acrecentó.
- Me siento mal. - dije.
- ¿Querés agua?
- Quiero vomitar!!!
- Bueno, vamos al baño, dale.
Pero en cuanto me incorporé, volví a caer en el sillón. Miré hacía un costado, y ahí nomás deseché todo lo que tenía dando vueltas en mi panza.
- Ayyy, que asco!!! - grité casi al borde de las lágrimas. ¿Era posible que esté haciendo semejante papel? Todo por despecho! Nunca creí convertirme en algo así, caer en un lugar tan típico.
- Quedate quietita, voy a comprar agua. - me dijo Marianela.
Al rato volvió con una botellita. Tomé un poco pero en seguida me dió asco otra vez.
- Ahora si, voy a llamarlo para putearlo! Para decirle que estoy así por su culpa!
- No!! - gritó Marianela agarrando mi celular y guardándolo en su bolso. - Ahora vas a calmarte, así cuando estás mejor, vamos a casa, ok?
- Dame mi celular nena!! Si me equivoco es problema mio!!
- No, quedate acá que ahora vengo.
Y desapareció entre la multitud. En mi estado no podía seguirla, asique me quedé ahí sentada, sola, esperando que se me pase el mareo.
Empecé a pensar en lo que estaba haciendo. En mis intentos de llamar a Facundo para nosequé. En mis mensajes a Enzo sin motivo aparente. En mi vómito. En Orlando bailando como si nada pasara mientras yo me estaba muriendo en el sillón. En Marianela que otra vez se volvía a cagar en mi. Hablando de Marianela, ¿dónde estaba?.
- ¿Cómo estás? - escuché de repente. Volví desde mis pensamientos, y Orlando estaba parado adelante mio. Mis ganas de matarlo renacieron.
- Mal! ¿No te das cuenta?
- Eh! ¿Para tanto?
- Si! Todo por tu culpa, por la culpa de todos! ¡Por mi culpa!
Agarré la botellita de agua, y lo poco que quedaba dentro la vacié por completo en la remera de Orlando.
- ¿Qué hacés, nena? ¿Estás loca? - me gritó sorprendido.
- Te lo merecés!! Por mierda que sos!! Matate!!
Orlando cerró los ojos, respiró profundo (supongo que para no ahorcarme en ese instante) y cuando los volvió a abrir me miró fijo a los ojos
- Diosa, yo no te hice nada.
- ¿Ah no?
- No, yo soy libre de hacer lo que tenga ganas de hacer. No tengo que darle explicaciones a nadie. No entiendo porque me puteás y te enojás conmigo. No tenés motivos.
Por un instante dejé de maltratarlo y pensé que lo que me estaba diciendo era cierto. La realidad era que en el estado en el que estaba, mis razonamientos no eran demasiado claros, pero podía dilucidar que lo que me decía era verdad. Él no era el que me había cagado, sino Marianela. Él no era quién me debía fidelidad, sino mi amiga. Entonces, ¿por qué me la agarraba con él? Simple, era lo mas fácil.
- No sé, pero tengo bronca.
- ¿Y cómo lo puedo arreglar eso? - me dijo haciéndose el sexy y poniendo cara de bueno.
- No mandándote mas cagadas, Orlando... - contesté seca.
- ¿Y si te llevo a tu casa?
- Sí, eso estaría bien. Me siento re mal, quiero dormir.
- Bueno, dale. Vamos!
- Esperá, tengo que encontrar a Marianela, ella tiene mi celular.
- Ok, vayamos saliendo y la buscamos.
Salimos a la puerta, y allá estaba ella, con una amiga. Le pedí el celular y le dije que me iba a casa.
- Yo te llevo, Diosa. - me dijo.
- Ya pedí el remis. - acotó Orlando. - Si querés vamos en el mismo.
Orlando había chocado hacía unos días y tenía el auto en el taller, por lo que también se manejaba con remises como nosotras.
Llegó el auto y nos subimos. Marianela dijo que lo mejor sería dejarme a mi primero. Dude en aceptar, porque el hecho de dejarlos solos de nuevo me aterraba, pero no estaba en condiciones de pensar nada mejor, asique asentí con la cabeza.
Me dejaron en mi casa, y entré derechito al baño. Me senté en el inodoro y casi que me quedé dormida sin hacer nada. Pero el celular me despertó.
- ¿Hola? - pregunté confundida.
- Diosa, abrime.
- ¿Quién habla?
- Orla, estoy en la puerta, dale!
Sin entender nada, me asomé por la ventana y ahí estaba, pagándole al mismo remis del que 5 minutos antes me había bajado yo. Le abrí la reja y lo hice entrar.
- ¿Para que volviste?
- Para buscarte a vos. Quiero estar con vos, Diosa. ¿No te diste cuenta?
Y sin dejarme pensar, Orlando me besó.
- Para, para, para! - lo frené. - ¿Acaso Mari te dijo que no? Es eso, no?
- Nada que ver. Sabés que te vengo buscando hace rato, pero sos vos la que me esquiva. La otra vez me comí ese cuento de la virginidad, pero hoy no. Era mentira, no?
Dudé en responder, pero ahora la respuesta ya había cambiado.
- Si, era mentira.
- Lo supuse. ¿Vas a venir conmigo entonces?
- ¿A dónde?
- Al departamento. ¿Tenés la llave?
- Si. - contesté como un robot.
- Bueno, dale. Agarrá lo que tengas que agarrar y vamos!
Y para que voy a mentirles. Me hice la dura, la jodida, la rencorosa durante toda la noche. Pero la realidad era que en mi corazón había un agujero demasiado grande. Un agujero que había comenzado a perforar Facundo, seguido por Marianela y todos los demás que me estaban haciendo mal. Las pocas luces que me quedaban, estaban cegadas por el alcohol que corría por mis venas. Ya no distinguía lo correcto de la necesidad.
Me quedé en silencio, pero Orlando decidió por mi volviéndome a besar...

..."un ratito nada mas", respondí cerrando la puerta de mi casa.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Sueles dejarme sola

¿Qué más podía pedir? Estaba abrazada al hombre que mas quería, mientras él no dejaba de besarme. Desnudos, transpirados, satisfechos. El jugaba con mi pelo, yo con el tatuaje de su espalda.
- ¿Tenés calor? - me preguntó.
- Sí, un poco. - murmuré. Se paró y en vez de prender el ventilador como yo imaginaba, agarró el vaso de agua que había dejado en el escritorio, y lo vació totalmente sobre mi.
- Ayy!! - reí sorprendida mientras me daba vuelta como acto reflejo. Facundo volvió a dejar el vaso y se acostó encima mio para secarme y seguir acariciándome. - Ahora tengo frío!! - me quejé. Entonces agarró la sábana y nos tapó por completo.
Después de un rato nos vestimos para volver a la realidad. Mientras me ponía la ropa, asumí que al salir de esa habitación, el cuento de hadas que estaba viviendo desaparecería con el viento. Sabía que el momento mágico había terminado, y aunque iba a hacer lo imposible por superar esa realidad que me cacheteaba, en el fondo era una herida para mi corazón.
Bajé por esa escalera despacito (un poco por el vértigo, otro por miedo de ver a Lautaro otra vez), esperé que encontrara las llaves y salimos a la puerta. En el camino de regreso a casa, hablamos de temas variados como siempre y cuando llegamos a mi puerta, bajé después de un último beso.
Me metí en seguida al baño y descubrí lo que todas las mujeres debemos soportar la primera vez. Sentía mucho dolor, pero sabía que era normal. Mientras, agarré el celular y les mandé un mensaje a Marianela y Yanina para contarles lo que había pasado. Obviamente estaban durmiendo, pero al mediodía siguiente, me respondieron contentas.
- No sabés lo contenta que me pone que haya sido con Facundo. Era lo que vos querías y es lo mejor que te pudo haber pasado. - me dijo Yanina.
- Sí, ahora que ya pasó, se que no me equivoqué - suspiré aliviada.
Pero, (porque como me dice Mecha, siempre hay un pero en mi vida) ¿Y ahora qué? ¿Qué sería del después?
Durante esa semana traté de comportarme lo mas normal posible. Algún que otro comentario en facebook y una charla por msn. Pero lo inesperado también es una posibilidad.
- El viernes voy a ir con las chicas a ese bar nuevo que pusieron. - le dije.
- ¿Nuevo? ¿Cuál? - preguntó en seguida Facundo.
- Ese que además de ser bar, adelante venden ropa.
- Ah sí, ya fui. Está muy bueno. ¿Van a comer o a tomar algo?
- Ambas cosas. Algo vamos a picar porque salimos de la facu asique vamos a tener hambre.
- Prueben la comida mejicana. - me aconsejó. - Para comer no, pero da ir a tomar algo el viernes allá.
- Bueno, si estás aburrido... - sugerí.
- Sisi, ya te digo, a comer no. Pero mas tarde seguramente me prendo a una ronda de algo.
- Dale! Avisame...
Asique, mas contenta que perro con dos colas, ese viernes casi que ni escuché las explicaciones del profesor. Al fin y al cabo, el después no había sido todo tan terrible como me imaginaba, no?
Salimos de la facultad, y fuimos caminando al bar (serán unas 5 cuadras). Pedimos una grande de palmitos y empezamos a parlotear. Sin embargo, mis nervios eran mas que evidentes.
- Diosa, no te pongas así, seguro que viene. - intentaba tranquilizarme Marianela.
- No sé, es como demasiado bueno para que sea real.
- Ay, tranquila! Si no viene, a otra cosa!! - me incentivaba Yanina.
- Es que si viene es re importante para mi. Ustedes saben...
Pero las horas pasaban y Facundo no aparecía.
- ¿Y si le mando un mensaje?
- No!
- Si!
Me respondieron al unísono. Yanina tenía la negativa. Pero después, conociendo mi estado, admitió que lo mejor sería que lo mensajee.

Mensaje de La Diosa:
"Estoy en el bar con las chicas. Ya terminamos de comer asique ahora empezamos las rondas. En que andás?"

Mensaje de Facundo:
"Tomando un té de frutilla. Brinden mucho por mi, hoy me quedo en casa como un señor mayor que ya soy"

Y otra vez el mundo se me cayó en pedacitos. Esa era la realidad que sabía que tenía, de nada valía intentar engañarme a mi misma con ilusiones que nunca se cumplirían.
- Ya fué Diosa, no tenés que ponerte mal. Hacé la tuya! - me decían mis amigas.
- Lo que me pone mal es que yo sabía mejor que nadie que esto iba a pasar. Por eso me da bronca haberme ilusionado al pedo!! ¿Por qué no me dijo de una que no venía?
Me levanté y fui al baño sola. Entré y me miré en el espejo. Otra vez me había convertido en la de antes, en la miedosa que estaba a la sombra de las actitudes y acciones de Facundo. "Basta Diosa", me dije. "Ya diste el paso que tanto miedo te daba, ahora nadie ni nada tiene que frenarte".
Salí y en cuanto vi pasar al mozo, le pedí un trago. Bien caros que eran, pero cuando lo empecé a tomar, me dí cuenta de que el precio era proporcional al tamaño y la calidad.
- ¿Quién me acompaña a un tekila?
Y salió ronda nomás. Yo ya empezaba a entonar.
- Chicas, yo me voy. Me pasa a buscar mi ex... - dijo Yanina.
- ¿Nosotras que hacemos? - me preguntó Marianela.
- ¿Vamos a Crow's? - propuse y en seguida aceptó.
Al salir del lugar y empezar a caminar, el alcohol empezó a hacer su efecto. Hasta hablaba con gente que me cruzaba por la calle.
- Chicas, un paquete de caramelos a $2. - nos vendió un ciego.
- A ver.... - dije yo mientras abría el monedero y le daba.
- Diosa! Tené cuidado, capaz no es ciego. - me dijo Marianela después. - Y vos abriste la billetera adelante de él. Mirá si nos robaba...
Entonces me di vuelta y el ciego, desde la otra cuadra, nos miraba!!
- El ciego ve!! - empecé a gritar mientras aceleraba el paso para entrar a Crow's.
Muertas de risa, entramos. Para mi sorpresa, no todo parecía ser tan malo: Orlando estaba con sus amigos cerca de la barra.
En seguida nos ofrecieron todo los tragos que tenían en la mano para que tomemos.
- ¿Qué tomaste? - me preguntó Orlando al verme "alegre".
- Un trago de no sé qué y un tekila.
- ¿Tekila? Justo ibamos a hacer ronda...¿te prendés?
- Obvio!!!
Le pidió 5 al barman y no me dejó pagar. Pero uno de sus amigos se bajó, y ahora un tekila sobraba.
- ¿Lo querés?
- ¡Ay, que flojitos! - contesté haciendome la superada. ¿Superada de qué?
- Dale, tomatelo!!
Y sin contradecirlo, fondo blanco nuevamente. Ya el piso me empezaba a engañar.
Al rato me encuentro con un alumno de la ayudantía, y mientras trataba de "entablar una conversación decente", Marianela desapareció del mi lado. Cuando este chico se fue, me encontré sola. Empecé a caminar y a dar vueltas por Crow's tratando de encontrar a mi amiga, pero todo era en vano. Lo único que lograba era marearme mas.
- ¿Diosa? - escuché de pronto. Me doy vuelta y era Fede.
- ¡¡Fede!! - grité mientras lo abrazaba con todas mis fuerzas. - Por favor no me dejes! Me perdí!!
- Jajaja! Estás muuuy borracha nena!! Ahora le voy a contar a Mecha!!
- Pollerudo!! - le grité. - Ayudame a encontrar a Marianela.
- ¿No es esa que está ahí?
Entonces me di vuelta para mirar hacia donde me señalaba mi amigo. Y sí, era ella. Pero estaba contra una pared coqueteando con Orlando.
Fue entonces cuando me transformé y salí corriendo a su encuentro. Fede quiso frenarme, pero sus intentos fueron en vano...

...esta vez, no iban a pasar sobre mi tan fácilmente.