jueves, 21 de junio de 2012

Abue

Es mentira eso que dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Yo lo supe desde siempre. Sabía que cuando este momento llegara, en mi corazón se abiriría una grieta irreparable.
Lo sabía cada vez que dormía la siesta a su lado, o cuando le hacía cosquillas y la tiraba en la cama para hacerla reír. Lo sabía cuando me sentaba en la mesa a comer mis platos preferidos. Lo sabía cuando me daba el beso de las buenas noches o se levantaba a hacerme el café por las mañanas. Lo sabía cuando me daba consejos o me decía esa palabra justa. Lo sabía cuando le preguntaba si me quería y me respondía que hasta el cielo ida y vuelta. 
Siempre supe que cuando dejara de estar a mi lado iba a sentir esta tristeza indescriptible. Por eso traté de aprovecharla cada segundo de mi vida, y sin embargo, siento que nos faltó mucho por compartir. 
Que no alcanzaron sus mimos, sus frases célebres, sus besos, sus palabras. Que siempre me van a quedar esas ganas de seguir sintiendo que en sus brazos yo estaba en mi hogar. Ella me mostró el camino para ser la persona que soy hoy. Me enseñó todo lo que sé y lo que no sé también es su responsabilidad. 
Hoy la perdí. Y confirmo que tenía razón, la grieta es profunda y dolorosa. Que voy a extrañar a mi abuela cada día de mi vida. Voy a extrañar a mi amiga, mi confidente, mi compinche. La persona que me hacía la pata y me retaba cuando era necesario. La hincha que me perseguía por toda la casa para que me abrigue. La nena que me pedía que le cuente los chismes nuevos. La gran señora que era mi ejemplo a seguir.
Eso sí, de algo estoy segura.
Yo no gané un ángel.
 Yo lo tuve desde que nací.

...Solo que ahora me acompaña desde el cielo.

jueves, 1 de marzo de 2012

De vez en mes

El cumpleaños de Yanina fue concurrido por todos aquellos a los que ella invitó, menos por el lujanero, claro. Evidentemente Noviembre había cambiado mi racha ganadora.
Los días transcurrieron, la facultad como siempre apretaba mas con entregas, exámenes y la agenda estaba llena de anotaciones. Los viernes casi siempre había un huequito para cenar con los chicos de la facultad y algunos sábados que no eran completamente destinados a estudiar, también había lugar para alguna salida.
Para no perder la costumbre, otra vez los nervios se apoderaron de mi. Ni la paciencia ni la calma cabían en mi cuerpo. Quizás por eso, cometí un nuevo error para sumar a la colección.
En la última salida de sábado antes de los finales en Diciembre, me crucé con Marcelo y sus amigos de basquet en Crow's.
- Diosaa!!! No te olvides que para dar Sistemas de Información, tenemos que juntarnos a estudiar eh!
- Marce, no me jodas! Es sábado, tengo un trago en la mano, ¿tenés que hablarme de la facultad? Demasiado estrés tengo encima...
- Tenés razón!! Si querés tengo una manera de bajarte ese estrés...
- ¿Cómo? - pregunté interesada. Y con un gesto me mostró su grupito de amigos. Eran los de siempre, los que yo bien junados tenía. Y entre medio de todos ellos, estaba Javier. Dueño de un bronceado caribeño y un cuerpo tonificado lleno de raviolitos para contar y hacer con queso al horno. - Ay Marce, no me tientes. - Contesté lavándome las manos. Pero casi por telepatía, Javier se alejó de sus amigos y apareció al lado nuestro en seguida.
- Si Diosa...los dejo que se conozcan. - Marce se evaporó atrás de su novia dejándonos solos.
- Hola. - me dijo Mr. Músculo, dejando ver lo único blanco en su cuerpo: sus dientes. Era lo que se dice comunmente "un morocho interesante".
No recuerdo que fue lo que me dijo, pero sé que yo lo miraba y pensaba en las ganas que tenía de que me agarrara contra una pared. Él también iba a mi facultad, pero a psicología. Me lo cruzaba en los pasillos y lo encontraba hablando con Marcelo. Sabía que había estado de novio, que tenía auto, y una vez lo encontré en un restaurant donde ambos comíamos con nuestras respectivas madres. Lo cierto es que yo le venía marcado el paso, pero no estaba segura de cuanto sabía él de mi. Y aunque no parecía tan intrigado, creo que tenía las mismas ganas que yo de terminar contra la pared. Sin embargo, prefirió otra opción.
- ¿Nos vamos?
- ¿A dónde?
- Afuera. Mi auto está estacionado acá a la vuelta. Vamos a estar más cómodos.
- No creo que dé.
- Yo creo que si. Mirá, voy al baño. Avisale a tus amigas y nos encontramos de nuevo acá. 
Y se fue. Fui corriendo a buscar a Renata. 
- ¿Que hago?
- ¿Tenés ganas? - me preguntó.
- Si, pero quedo re puta!! 
- ¿Por qué? Andá y pasala bien. El flaco te gusta y ninguno tiene compromisos. Pero si te vas a arrepentir quedate...
Claro, como iba a saber que iba a ser tal fracaso. Y obviamente acepté.
Lo fui a buscar al rincón donde quedamos, y agarrándome de la mano me sacó de Crow's.
Subimos al auto, y sin preguntarme arrancó. 
- ¿A dónde vamos? - le pregunté
- A la casa de un amigo. Él no está y me dio la llave.
- ¿Vive solo?
- Si, es de Córdoba y vino a jugar al basquet acá, asique no tiene familia.
Después de algunos minutos sin mediar demasiadas palabras, llegamos. Ya era demasiado de día, y parecía como si la casa estuviera muy expuesta. Abrió la puerta del costado y entramos a un monoambiente lleno de cosas y bastante desordenado.
- Mi amigo le alquila esta habitación a una vieja. Es independiente de la casa, pero por las dudas no hagamos mucho ruido.
Yo me sentía incómoda y ya me estaba cuestionando porque había aceptado. Pero ya tenía las cartas, ahora debía jugar.
Javier se empezó a sacar la ropa mientras yo me sacaba los zapatos y pensaba si no era mas erótico si nos ayudabamos. La escena era patética, aunque ver su pecho al descubierto me motivaba a seguir.
- ¿Te depilás? - pregunté sorprendida al ver que tenía menos pelos que yo en las piernas.
- Si, como muchos deportistas....es mucho mejor.
- Ah. - dije sin mucho convencimiento mientras me acomodaba en la cama junto a él.
No voy a mentirles. A pesar del poco entusiasmo y lo impersonal que Javier estaba siendo, se ocupó con gran dedicación a hacerme disfrutar.
Cuando me tocó a mi, no dejó terminar mi trabajo. Me ubicó prolijamente encima suyo, indicándome como quería que fuera la posición.
Comenzamos a movernos. Yo cerré los ojos para concentrarme y no ver el desquicio que era esa habitación. 
De pronto, escuchamos la puerta. Me asusté y me levanté de donde estaba. Javier se acercó a ver quién era y abrió la puerta. Me tapé como pude mientras un chico entró y se dirigió derechito al baño con las manos en los ojos diciendo: "no te preocupes, no miro".
- Se queda ahí adentro, no te preocupes.
- ¿Me estás cargando, no?
- Es su casa, no se puede quedar en la calle. Pero él se queda ahí adentro y no sale, te prometo.
- No está bueno esto. No da. 
- Lo que no da es que me dejes así. - dijo señalando lo obvio. Me llevó de nuevo a la cama indicando la misma posición que antes. Más que nunca cerré los ojos para intentar concentrarme mientras nos moviamos. Pero esta vez fue en vano, ya no había chances de que yo pudiera sentirme cómoda ahí adentro.
- Esperá, esperá, esperá! - Dijo de pronto mientras yo estaba rezando para que acabara.
- ¿Qué pasa? - pregunté abriendo los ojos. Javier se apartó de mi dejando ver nuestros cuerpos. El alma se me fue al piso cuando vi lo que había pasado. Estabamos los dos llenos de sangre.
- ¿Me querés decir que mierda pasó? - me dijo como loco.
- ¡Que se yo! - contesté asustada y sorprendida.
- ¿Te vas a embarazar
- ¡¿Que?! - grité anonadada.
- Si, por eso no te embarazás?
- Ah bueno!!! - dije completamente agotada de la situación. - No se si sos idiota o estás en pedo, pero para tu tranquilidad, no, esto quiere decir justamente todo lo contrario, que no estoy embarazada. Probablemente con esa posición del orto que me hiciste hacer, me provocaste que me baje el período más rápido o me lastimaste, no sé. Pero gracias al cielo acá no hay ningún bebé. Y decile a tu amigo que salga del baño que quiero entrar a limpiarme. - dije mientras me empezaba a vestir. - Y andá llamándome un remis porque acá no me quedo más.
Ese fue el momento en el que decidí que no sirvo para tener sexo casual. Que menos aún vuelvo a meterme en lugares como esos. Y que por mas que un pibe sea una cara bonita o tenga unos exuberantes abdominales, no significa que vaya a ser un buen amante.
Me subí al remis sin ni siquiera saludarlo y le hice prometer que Marcelo nunca se enteraría de todo lo que había pasado.
Claramente se enteró.
A la semana, simulando una conversación circunstancial me preguntó por la noche con Javier.
- Bien. - me limité a contestar.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? Pero me tenés que ser sincera...
- Me lo vas a preguntar igual, asique...
- ¿Vos eras virgen?
Y ahí me di cuenta que hay mas pelotudos dando vuelta de lo que yo creía.
- Marcelo, vos sos o te hacés? Lo que pasó fue claramente otra cosa. Y no deberías ni siquiera cuestionarlo, ya que sabés perfectamente que yo estuve con otros chicos, o acaso no te conté lo de Orlando? 
- Si, es verdad...
- Entonces no hagas preguntas pelotudas, para eso ya está tu amigo!
Y me di media vuelta para entrar al salón. 
La realidad es que yo tampoco estaba segura la causa de tanta cantidad de sangre. Esperaba mi período pero éste se siguió retrasando, asique la teoría de que bajara antes no era muy fuerte. Quizás me había lastimado. Quizás técnicamente seguía siendo virgen. Pero de algo estaba segura: Javier no me tocaba un pelo nunca mas.
- Yo todavía no lo puedo creer. - dijo Renata. El resto de mis amigas se mordía la lengua o hacía gestos mientras me escuchaban contar lo sucedido. Estabamos sentadas en una mesa al aire libre en Crow's, con Dr. Lemon de por medio. 
- ¿Entonces no te vino? - me decía Yanina.
- No.
- Es preocupante - acotó Mecha.
- Hacete un Evatest - opinó Inés.
- Ni en pedo! - dije.
- Así estas mas segura... - apuntó Rosa.
- Chicas, nos cuidamos. Solo me bajó sangre...nada más!
- ¿Y por que no te vino? - preguntó Renata.
- Porque en Diciembre siempre se me atrasa. Después de los nervios de los finales, paso mucho estres y entonces no me viene.
- Para mi te lo tenés que hacer. - insistió Inés.
- No. - me negué.
- Para mi también. - repitió Renata. - Hagamos una cosa: cuando salimos de acá, pasamos por una farmacia y te compras uno.
- Dije que no. - repetí mas seria que antes, ya sin una gota de paciencia.
- No te lo compras vos, te lo compro yo! 
Entonces me cansé. Me levanté de golpe y enojada les dije:
- Dejen de hacerme la cabeza. Yo se como fueron las cosas y se como es mi período. No me embaracé ni nada parecido. Voy a volver cuando dejen de delirar.
Y me fui a dar una vuelta por Crow's para calmar las aguas.
Al rato volví a la mesa, porque me había olvidado la cartera y no me daba mucha confianza dejarla ahí.
Pero encontré una escena inesperada.
Había una persona sentada en mi silla...

...era Facundo.

sábado, 21 de enero de 2012

Rumour has it

Un beso de Luis, era lo último que esperaba. Lo juro.
 Pero admito que no me disgustó ni el beso, ni la idea de atacar otro amigo de Enzo.
- ¿Entendés ahora? - me preguntó por fin cuando me soltó. Renata al lado nuestro miraba atónita.
- Creo que si...- respondí confundida. - Con la diferencia que la otra era muuuy fea! - acoté para descontracturar un poco.
Nuestras caras lo decían todo, estabamos uno mas confundido que el otro. Pero el señor de la remisería nos hizo volver a la realidad.
- Chicas! Llegó su auto... aquel verde es de ustedes.
Nos levantamos de las sillas y nos dirigimos en silencio a la vereda y le indicamos a Yani cual era el auto para que se despidiera. Y nosotros hicimos lo propio.
- Bueno...chau. - dije sin saber muy bien que hacer. Pero sin demasiadas vueltas, ambos concluimos en el mismo beso de despedida. La situación se tornaba cada vez mas rara. Ahora los atónitos espectadores eran tres.
- ¡Te comiste a Luis! Sos una hija de pú...! - gritaba Yanina en el auto.
- Pará! Cada vez que estoy con un pibe me decís la misma pavada...!
- Te enganchas los mas lindos, Diosa! - "Pero vos te enganchaste al que yo quería", pensé.
- Bueno, regalo de cumpleaños! - me limité a responder.
De todos modos, si con esa situación me sentí extraña, peor aún fue al día siguiente cuando Luis me habló por msn.

Luis dice:
que manera de irnos a la mierda, Diosa
LaDiosa dice:
jaja no sé porque lo decís...
Luis dice:
me gusta esa actitud jaja, tenés razón, no sé porque lo dije...
LaDiosa dice:
a esta altura no nos podemos horrorizar de nada...
Luis dice:
cualquiera Diosa...cualquiera!!!
LaDiosa dice:
¿para tanto?
Luis dice:
no, todo bien Diosa...pero fue re flashero! ¿Viste cuando no te lo espebas ni en pedo? Un vale todo!!
LaDiosa dice:
si, pero ya a esta altura a mi nada me sorprende...
Luis dice:
esto da para todo jaja! Todo bien, pero es un flash!!
(dale pelotudo, dejá de decir que estas flasheadito porque sino voy a pensar que te fumaste algo!)
LaDiosa dice:
no entiendo que querés decir con lo de "flash"
Luis dice:
nada, quedate tranquila que me re gustó, pero sigue siento un ALTO flash!
LaDiosa dice:
pará! Dos cosas: 1, no es un halago que me digas eso después de haberte comido ese bicho. 2, uno nunca termina de saber las vueltas de la vida..
Luis dice:
jajaja como sos eh! No era para halagar, sino para que no pienses que lo decía como algo malo. Aparte no era taaan fea!! Y por otro lado si, andá a saber cuantas vueltas vamos a dar nosotros...
LaDiosa dice:
era fea Luis, vos podes aspirar a cosas mejores. 
Luis dice:
gracias Diosa, eso si es un halago! 
LaDiosa dice:
viste! Yo soy buena! Igual admito que en la remisería repuntaste mucho eh! Jajaja!
Luis dice: 
es que esa pregunta de "que es tirar la boca" fue crucial! Y no daba mostrarle a tu amiga...
jajaja! Decí que era tirar la boca nada mas...
LaDiosa dice:
decí que vino en seguida el remis
Luis dice:
decí que no quisiste venir a desayunar
LaDiosa dice:
decí que no podíamos dejar a Renata sola
Luis dice:
decí que no me avivé de llamar a Tincho! Re sobraba tu amiga
LaDiosa dice:
el remisero apareció en el momento justo!
Luis dice:
estuvimos lentos, la próxima hay que ser mas sinceros...
LaDiosa dice:
es una propuesta?
Luis dice:
puede ser ;)

- No entiendo mucho...como no entiendo a Enzo ni a ningún hombre de esta tierra! - me decía Yanina mientras se servía otra porción de pizza. Como no habíamos podido vernos esa semana, nos juntamos el viernes a la noche a cenar después de la facultad.
- ¿Qué te dijo él? ¿Algo interesante? - pregunté intrigadísima pero tratando de sonar despreocupada.
- Lo de siempre. Me vino a buscar cuando vos estabas con Facundo, me empezó a decir que él me reee quiereee y que quiere que yo lo trate mejor - repetía Yani haciendo ademanes y revoleando los ojos para todos lados. - Ponía una cara de boludo terrible!
- Si, eso mismo me dijo Mecha.
- Pero lo peor de todo fue cuando me sonó el teléfono y era el del laburo para ver en que andaba!
- ¿Y él vió?
- Diosa, no hay peor ciego que el que no quiere ver...
- ¡Qué boludo!
- Si, pero no me interesa hablar más de él. Escuchame, estuve averiguando dónde festejar mi cumple la semana que viene, y quiero ir a ver un lugar que me ofrecen hacer pizzas y después comprar algunas bebidas, ¿me acompañás a ver que onda?
- ¿Ahora? -  dije pensando en lo largo que había sido ese día. - Y bueno...vamos!
Nos tomamos un colectivo en la Avenida y nos bajamos en la esquina del barcito. La zona era horrible, pero capaz el lugar adentro repuntaba.
- Aparte tenes que tener en cuenta que hoy es viernes y mi cumple lo hago de sábado, entonces va a haber mas gente.
- Por los precios de los tragos no debe de venir mal ambiente - dije mirando la carta que tenía en la mano.
- Y si...me parece que lo festejo acá y listo!!
Esa semana la ayudé a armar la lista de invitados y me encargué de juntar la plata e ir a comprar el regalo. Opté por una cartera blanca como ella quería y una remerita con lo que sobró de lo recolectado.
El jueves la llamé para ver como iban sus preparativos y si había alguna novedad.
- Si, tengo algo para contarte Diosa...
- Dale! Desembuchá...¿quienes te confirmaron?
- No, no es nada de eso. Es algo que me pasó ayer a la salida del laburo...
- ¿¿Qué?? - pregunté pensando que se trataba de su compañero.
- Lo vi a Enzo... - mi cara se transformó. Intenté con todas mis fuerzas disimularlo con un "ajam" y seguí escuchando. - Me esperó en la esquina de la empresa cuando salí y fuimos a caminar por la plaza que está cerca. Dimos unas vueltas, nos sentamos, cosas así. Pero lo mas loco vino después... Empezamos a caminar por ahí, y en una me agarra del brazo y me mete adentro de un lugar...
- ¿Cómo de un lugar?
- Si, de una puerta...como si fuera un negocio pero no era un negocio...sin decirme nada! Yo me asusté pero me agarró re de sorpresa...
- ¿Y que era ese lugar?
- ¿Estas sentada? - Lo estaba, pero de todas maneras, podía caerme igual. - ¡¡Era un telo, Diosa!!
- ¿¿Qué??
- Si!! Me metió en un telo de una!! Sin decirme, comentarme, preguntarme, tantear el asunto...nada! Ni siquiera nos habiamos besado, ni me había agarrado de la mano, N-A-D-A!! ¿¿Podés creerlo??
La verdad, no, no podía creerlo. Aunque como había concluído con Luis, a esta altura ya nada me sorprendía...
- ¿Y que hiciste?
- Salí! Por lo misma puertita que me metió, salí sola. Le dije que no daba...y después de discutirlo un rato, nos fuimos a tomar el subte para volver a casa. No sabes la verguenza que tenía...fue una situación horrible!!
- Este pibe se supera día a día...
- Sabelo. Ah! Otra cosa...Hablando de lo del sábado, me saltó diciendo que el beso con Luis, se lo diste vos a él...
- Ah bue, ¿algo más?
- Es como que ellos tienen esa versión...
-...¿"Ellos"? ¿O él?
Yanina no le dió impotancia a mi última pregunta, pero yo entendía perfectamente. En toda historia hay detalles que los relatores distorsionan solamente para salvar sus propios pellejos. Enzo y yo ocultabamos una verdad muy grande. Luis podía transformar algunos factores para no verse tan involucrado. Y porque no, Yanina podía exagerar el encuentro con Enzo para salir airosa. En esta oportunidad, no iba a saber la otra campana ya que mi relación con él era casi nula después de todo lo ocurrido...
- Bueno, pasando al tema de mi cumple...andate linda Diosa... - dijo Yanina del otro lado del teléfono volviendome a la realidad.
- ¿Por? Si no va nadie interesante...
- ¡¿Cómo que no?! ¡El lujanero! ¿Ya te olvidaste?
No, no me había olvidado del bombón de ojos claros y sonrisa radiante. Pero mi cabeza era un lío y yo ya no sabía para que lado agarrar. Simplemente no quería mas problemas ni embrollos...

...pero la verdad, era que todavía faltaban unos cuantos.