jueves, 21 de junio de 2012

Abue

Es mentira eso que dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Yo lo supe desde siempre. Sabía que cuando este momento llegara, en mi corazón se abiriría una grieta irreparable.
Lo sabía cada vez que dormía la siesta a su lado, o cuando le hacía cosquillas y la tiraba en la cama para hacerla reír. Lo sabía cuando me sentaba en la mesa a comer mis platos preferidos. Lo sabía cuando me daba el beso de las buenas noches o se levantaba a hacerme el café por las mañanas. Lo sabía cuando me daba consejos o me decía esa palabra justa. Lo sabía cuando le preguntaba si me quería y me respondía que hasta el cielo ida y vuelta. 
Siempre supe que cuando dejara de estar a mi lado iba a sentir esta tristeza indescriptible. Por eso traté de aprovecharla cada segundo de mi vida, y sin embargo, siento que nos faltó mucho por compartir. 
Que no alcanzaron sus mimos, sus frases célebres, sus besos, sus palabras. Que siempre me van a quedar esas ganas de seguir sintiendo que en sus brazos yo estaba en mi hogar. Ella me mostró el camino para ser la persona que soy hoy. Me enseñó todo lo que sé y lo que no sé también es su responsabilidad. 
Hoy la perdí. Y confirmo que tenía razón, la grieta es profunda y dolorosa. Que voy a extrañar a mi abuela cada día de mi vida. Voy a extrañar a mi amiga, mi confidente, mi compinche. La persona que me hacía la pata y me retaba cuando era necesario. La hincha que me perseguía por toda la casa para que me abrigue. La nena que me pedía que le cuente los chismes nuevos. La gran señora que era mi ejemplo a seguir.
Eso sí, de algo estoy segura.
Yo no gané un ángel.
 Yo lo tuve desde que nací.

...Solo que ahora me acompaña desde el cielo.

4 comentarios:

  1. leo tus palabras y parecen mias... yo no se describir las emociones y sentimientos asi... gracias

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  2. leo tus palabras y parecen mias... yo no se describir las emociones y sentimientos asi... gracias

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