miércoles, 30 de diciembre de 2009

de Estornudos y Selvas

Fuimos a un Pub de la zona que yo no conocía. Lindo, pero hacía mucho calor a pesar de que era invierno. Estábamos: el Bloque, Germán, el misio, Ariel, Juan y Rodri, otro de los chicos del grupo. Llegamos un poco tarde, asique no encontramos mesa. Nos quedamos parados en una barra y pedimos algo de tomar.
- ¿Me enseñás a bailar? - me dice Juan al oído en el medio de la noche.
- Che, no soy profesora! Jajaja! - dije para salir del apuro. El tono de Juan me inocomodaba. Si bien es muy buen chico, simpático y nada feo, mi objetivo esa noche era otro. No me acuerdo cuantas otras cosas mas me dijo para sacar conversación, pero yo las esquivé todas. Las chicas me miraban cómplices y Marianela me hacía señas para que le de bola. No, no lo iba a hacer! Pero pobrecito, él seguía insistiendo. Después de todo era un compañero de facultad y no quería hacerlo sentir mal...
- ¿Si? ¿Querés? - escuché que me decía mientras yo terminaba de hacerle señas a Mari
- Eh? ¿De qué hablás?
- Te estoy preguntando si... - empezó a decir cuando me agarró de la cintura y se empezaba a acercar. En seguida me solté de sus brazos, le hice seña con la mano y me mandé tremendo estornudo.
- Aaaaachiiiis - ¡Qué buena actriz soy cuando quiero! - Ay, dios! ¿Me habré resfriado? ¿Qué me decías, Juan? - dije sonandome la nariz, o al menos haciendo la mímica. Yanina y Marianela se descostillaban de la risa.
- Nada, nada. Dejá. - Y creo que funcionó porque no se acercó mas. Mas tarde, apareció su mejor amiga y el hermano, y se terminó yendo con ellos. Me dio cosa haber hecho eso. Mari me dijo que era una turra. ¿Pero que iba a hacer? Le había dado a entender que no quería saber nada en 24 idiomas, y el pobre insistía! Igual, yo quería seguir siendo su amiga...
- A ver, una fotito! - saltó Germán. Sacó 400. En 400 poses distintas. - Quiero una de la Diosa y el misio...A ver, pongansé! - Germán y la puta madre. Era menos disimulado que yo para estornudar!
El misio me agarró de la cintura y puso su cachete pegado al mio, y Germán sacó la foto. Pero no se contentó y pidió mas. Sacó otras 5.
- A ver!! La última, un pico!! - Lo miré odiándolo con los ojos. ¿No podía inventar algo mas original?
- Ay Ger! Dejá de hacerte el fotógrafo! - dije queriéndo sonar casual.
- Dale nena! Si todos sabemos que te morís por conocer la selva misionera! - gritó Ariel. Todos se rieron
- ¿De verdad querés conocerla? - me dijo al oido el misio con el cantito mas pronunciado que nunca.
- No te confundas, misio - dije pausadamente.
- Vamoos!! Quiero LA foto! - insistiá Germán. Asique le dimos el gusto y posamos. En cuanto vi el flash de la cámara, me alejé. Yanina me quería matar. "Te hubieras quedado!" me dijo con señas. No, era demasiado ya.
- ¿Le dijiste a tu abuela perdón por usarle el baño el otro día? - me dijo al oído, pícaro.
- Jajajaja! Sos un turro! - me reí. Cuando levanté la vista no había nadie. Busqué a las chicas y las vi con los demás en una mesa que se había desocupado bien al fondo. Bueno, estábamos solos. Lo miré detalladamente. No era lindo. Pero esa mirada entre inocente y traviesa lo hacía por momentos un nene. Aunque tenía cuerpo de tipo grande. Y es verdad, era muy peludo. La "selva misionera".
- Y perdoname vos también
- ¿Por?
- Por dormir a veces...
- Jajaja! Ya fue, no te preocupes! Estabas cansado, te entiendo
- Igual no me refería a dormir en tu sillón
- ... - Si entendí, me hice la boluda para no errarle - ¿Y a que te referís?
- A ser medio lento con vos - dijo y me sonreí. Nos miramos y después vino el beso.
Y así estuvimos un rato hasta que volvimos con los chicos. Me gustó. Era tranquilo hasta para besar. Aunque sentí que no había demasiado feeling.
Cuando salimos, volvimos en remis con el Bloque (vivimos las 3 muy cerca) y comentamos:
- Qué noche rara! Con Germán, ahora somos amigos y él me hace gancho con los demás. Estornudé para esquivar al pobre de Juan. Y el misio... - dije haciendo una pausa
- ¿Qué? ¿Qué onda el misio? ¿Querés visitar la selva? Jajaja! - dijo Yani otra vez con la metáfora.
- No, sabés que no... - contesté
- Es que mepa, mepa, mepa...que él si quiere que la conozcas! - saltó Mari
- Para mi no es tan fácil. Por eso me freno. El misio busca algo que no creo que encuentre en mi...

...¿Cómo iba a decirle que yo todavía era virgen?



Saludos enormes a todos!! Un excelente comienzo del 2010 lleno de emociones!! Gracias por leerme, me hacen feliz! ♥

martes, 29 de diciembre de 2009

El Misio

Ezequiel me pasó el mail de Lautaro, y después de dudar un rato, lo agregué. A la media hora, me aceptó.
- Hola - escribió. Tenía una foto suya (muy linda) y de nick la siguiente frase (no me olvido mas): "Podría disimular, pero el olor de tu voz se acurrucó entre mis cosas". Si, a Lautaro le gustaba Ivan Noble tanto como a mí. Increíble, teniendo en cuenta que no a todos le pasa y hasta algunos no saben ni quién es.
- Hola! Eze me pasó tu mail, no se si te acordás de mi
- Ah si, Diosa, no? ¿Cómo estás? Veo que te gusta Ivan...
- Si! Mucho. Raro, no? Que casualidad que los dos tenemos de nick frases de la misma canción - contesté, y así hablamos un rato de música, pero enseguida la conversación se murió. Yo no quería parecer pesada, asique no le hablé mas. Demasiado hice agregándolo. Pero ya lo iba a volver a cruzar en otra oportunidad...

Al lunes siguiente, ni quería entrar en el aula. Pero por suerte, todos actuábamos como si nada hubiera pasado. El profesor de Historia de la Tecnología, nos mandó a hacer un trabajo de investigación en grupo. Nos dividimos como pudimos, y por esas casualidades de la vida nuestro grupo quedó: el Bloque + el misio. Yo, chocha!. Arreglamos para juntarnos ese mismo viernes después de clase. Yani ofreció su casa, ya que todos trabajaban e ibamos a poder estar tranquilos. Como el misio vivía lejos (tenía 2 hs de viaje el pobre!!), no le convenía ir a la casa y volver. Yo, muy bondadosa, le dije que podía venir a almorzar a mi casa y de ahí nos íbamos de Yani que vive a 2 cuadras. El misio aceptó en seguida.
Y llegó el viernes. Salimos de la facu, y nos tomamos el colectivo hasta casa. Mi abuela, una santa, se desvivió por atender al "chico que venía de visita". Por supuesto que tanto ella como mi mamá quedaron enamoradas de "lo atento y educado" que era el misionero. Almorzamos fideos con tuco (riquísimos), pero como los devoramos, tuvimos que hacer tiempo hasta la hora que nos había dicho Yani.
- Ponete cómodo, misio. Sentante en el sillón. Yo voy a juntar unas fotocopias que conseguí para el trabajo y ahí vengo - dije mientras subía a mi habitación. A los 5 minutos bajé y me encontré con el misionero durmiendo plácidamente tirado en mi sillón. Tan placidamente estaba, que hasta roncaba...Si, lo que leen. Se durmió en el living de mi casa y roncó!! Estuve tentadísima por sacarle una foto o filmarlo, pero mi mamá no me dejó
- Dejalo pobre chico! Está cansado..no seas mala! - me dijo.
Lo desperté cuando se hizo la hora. Lo tuve que sacudir casi!
- Misio. Misio. Misio!! Es la hora, dale
- Eh? Dónde estoy?
- En mi casa, en mi living, te suena?
- Ah si! Diosa, perdón je. Che, te puedo pedir pasar al baño?
- Si, andá. Ahí está la puerta. - dije señalando un bañito de servicio que está al lado de la cocina.
- No hay otro?
- Si, arriba...por?
- Porque estoy como descompuesto, viste. Y queda feo que use éste...
- Bueno...andá
- Y dame otro rollo de papel...por las dudas, viste...
Ay dios mio! A mi me atraía ese chico??? Que desagradable! En un momento miré toda la casa, buscando la cámara oculta, porque de verdad que parecía una joda!
Cuando por fin salió (habrá tardado uno 20 minutos fácil), fuimos a lo de Yanina. Marianela ya había llegado.
- Chicos, quieren tomar algo? - preguntó Yani, que siempre se caracterizó por ser muy hospitalaria
- No, gracias - contesté yo. Los fideos me salían hasta por los ojos.
- Yo si! Un cortadito, o algo de eso, puede ser? - dijo el misio. Lo miré, y desnutrido no parecia. ¿Cómo hacía para manducar tanto?. Pero después recordé su paso por el baño y me cerró todo.
Hicimos el trabajo, y por la nochecita cada uno volvió a su casa. El lunes siguiente, hicimos la presentación, y al profesor le gustó mucho. Nos sacamos buena nota.
- Como lo mirás al misio, eh...- me dijo Germán en el recreo.
- Con los ojos! ¿Cómo lo voy a mirar? - contesté al pasar
- Te gusta, se nota - no lo admití, pero tampoco lo negué - Te voy a hacer gancho - continuó Germán.
- No, gracias Ger. No quiero! - dije nerviosa. Ya me veía venir cualquier cosa. Germán era bueno, pero muy chiquilín, y no sabía cuanto tacto podía llegar a tener.
- En serio te digo, Diosa. El misio me cae muy bien, lo quiero un montón. En estos meses encontré una persona excelente en él. Y me pondría muy feliz si estan juntos.
- Jajaja, me hacés reir nene!! - dije con una sonrisa. Al fin y al cabo, chiquilín pero tierno. - Por más que me guste el misio, no quiero que hagas nada, de verdad!
- No te preocupes, armo una salida para este finde. Y esta vez, él viene si o si! - dijo con determinación mientras iba para la fotocopiadora, donde estaban los demás...

...Y entonces, ese sábado volvimos a salir todos.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Salida facultativa (2da parte)

Salimos del baño y sorpresivamente, los chicos estaban sentados en una mesa esperándonos. Nos acercamos pero las sillas no alcanzaban para todos, asique fuimos a buscar a otras mesas. Germán me agarró del brazo y no me dejo ir.
- Sentate conmigo
- No rompas Ger - dije cansada, me daba vueltas todo. Pero me agarró fuerte y me sentó de un tirón. Las chicas volvieron cada una con una silla. Pidieron algo para tomar colectivamente, creo que un clericó o algo así y estaba riquísimo!
- Nosotros nunca vamos a poder estar juntos, no? - me dijo por lo bajo Germán en un momento.
- ¿Por qué decís eso?
- Se me ocurrió
- Si, tenés razón. Si hubieron tantas idas y venidas, es porque de verdad no congeniamos - contesté mirándolo a los ojos. Con cada una de mis palabras, tenía su cara mas cerca de la mia, y no se si por el alcohol o qué, pero no me alejé ni un milímetro. Y si, me besó. Adelante de todos los demás. Ahí sentados en la mesa. Al principio no me dí cuenta, pero cuando reaccioné me dio un poco de pudor. Abrí los ojos y me vi sentada en una posición un tanto comprometedora, asique me levanté y sin dudar dije:
- ¿Vamos a bailar? - todos me miraron sorprendidos. Hacía medio segundo me estaba matando con Germán, y ahora me quería ir. La verdad era que me sentía incómoda. No sabía porque siempre cedía con él, si en verdad no me gustaba. Me juré que iba a ser la última vez que lo hacía.
- Bueno, vayamos al Boliche que está acá a dos cuadras - dijo Yani y todos estuvieron de acuerdo. Asique salimos y empezamos a caminar. El aire me pegó muy de golpe, y el alcohol hizo su peor efecto. En ese momento vi que Germán en realidad estaba peor que yo.
- Tengo ganas de hacer pis - dijo mientras trataba mantener el equilibrio. Yanina lo agarró enseguida.
- Ya llegamos Ger, hacés en el boliche
- No aguanto Yani!!! Dejame hacer en esa esquina! - y no se como sucedió, pero terminó haciendo sus necesidades contra un portón. Me dio vergüenza ajena. Definitivamente no quería volver a estar nunca mas con él.
Los chicos se reían, pero a mi me parecía patético, asique seguí caminando. Atrás mío vino Juan. En sentido contrario venían caminando un grupo de chicos que me piropearon.
- ¡Qué me gritas idiota! ¿Por qué no te vas a cagar? - ¿Ya dije que me ponía violenta cuando tomo?
- Shhh, para Diosa!! Vamos a terminar a las trompadas limpias si bardeás asi! Uno nunca sabe con quien se cruza... - dijo Juan mientras me agarraba del brazo y apuraba el paso.
- ¡No me importa! Yo soy libre! Y no quiero que esos que pasan me miren el culo! - grité un poco fuerte
- Callate che! - insistió Juan, tratando de calmarme
- Callame - contesté mirándolo a los ojos y deteniendo la marcha. Juan ni lo dudó y ahí nomás me besó. Fue un beso lindo y corto. Y como quién no quiere le cosa, seguimos caminando hasta llegar al Boliche. Creo que nadie vió lo que pasó, aunque mas tarde se lo conté a las chicas. Ninguna de las 3 salíamos del asombro. Primero por mi reacción del "callame", y segundo porque Juan era un tipo de perfil bajísimo, y muy tímido, no parecía animarse a algo así. Pero bueno, yo no era quién para opinar.
Entramos al boliche y ahí nomás, me encontré con mis amigos del barrio. Tengo un grupo de 10 amigos que conocí por mi vecino de enfrente. Tienen todos un año mas que yo (aunque no se note), y solíamos pasar los veranos sentados en la vereda, jugando y riéndonos hasta altas horas de la noche.
Mi sorpresa sucedió, cuando entre ellos había 2 chicos que no conocía, y 2 compañeros nuestros de la facu. Resulta que Chizzo y LaCruz, eran compañeros del secundario de Eze y Maxi.
- ¿Asique van todos juntos? - preguntó Eze
- Si! No sabía que los conocías - contesté. Por suerte ya no tenía ni rastros del mareo.
- El mundo es un pañuelo - afirmó LaCruz mostrando todos los dientes. Era muy feo pobre!
- A ellos no los conocés, no? - preguntó Maxi, señalándome a los otros dos. Contesté que no, entonces en seguida me los presentó - El es Claudio - y lo saludé. Era de estatura media, morocho, pelo semi largo, barba candado y ojitos muy simpáticos. - Y el es Lautaro - Y ahí lo conocí. ¿Cómo podía saber todo lo que iba a venir después?
Lautaro medía un poco mas que yo, era delgado, de pelo castaño claro, ojos marrones y piel blanquísima. Y me gustó. Mucho. Desde el primer momento que lo ví, quede flahseada ante sus encantos.
Mas tarde, después de haberme ido a dar unas vueltas con El Bloque, me crucé con Ezequiel, y lo encaré.
- Che, me encanta ese Lautaro!! ¿Tiene novia?
- Nah, Laucha con novia? Jamás! Es un tiro al aire! Yo no te lo recomiendo, y te lo digo porque sos mi amiga, pero si a vos te gusta...
- Me encanta! ¿Pero que voy a hacer? Dejá...hacé de cuenta que no te dije nada... - contesté resignada ante la imposibilidad de que mi amigo me haga "gancho".
- Si querés te doy el mail...es lo único que se me ocurre... - Ezequiel nunca tuvo la habilidad de ser un celestino, y no iba a ser el momento de que empiece a serlo.
- No te preocupes Eze, ya fue! - dije y me fui con una sonrisa...

...Al otro día por la tarde, le pedí a Eze si me pasaba el mail de Lautaro.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Salida facultativa (1era parte)

Pasaron los días, pasaron las semanas, y ya era evidente notar quienes eran los que íbamos a seguir en la carrera y los que en dos parciales mas nos decían adiós. Formamos un lindo grupito. Desayunabamos todas las mañanas en el buffet de la facultad y nos reíamos a carcajadas.
Con nosotras venían: Germán, con el que cada día afianzabamos una amistad muy sincera, sin nada de reproches; el misionero, una persona muy noble, con todas las características de un chico de 20 y algo recién llegado del interior; Nahuel, mas conocido como Dios, ya que así le puso Roberto en una de sus clases, porque lo vió como una versión freak de Jesús (sic); Juan, un chico un año mayor que nosotros, que tenía un lunar muy simpático y algunos kilitos de mas; y Ariel, petiso de rulitos que siempre tenía un chiste en el momento adecuado.
La amistad entre El Bloque cada día se afianzaba mas, estudiábamos juntas, nos juntábamos por las tardes a tomar mate y chusmear, salíamos los sábados, etc. En pocos meses habíamos logrado ser grandes amigas.
- ¿¿Cuando sale una buena salida facultativa?? - Saltó de repente una mañana cualquiera Germán.
- Cuando quieras! - contesté
- Muy buena idea! - se entusiasmó Ariel
- ¿Les parece éste sábado? - dijo Yanina mientras servía las últimas gotitas de la gaseosa comunitaria que habíamos comprado.
- Dale! Nos encontramos a la una en el Bar ese que está enfrente de la estación, el que está justo en la esquina. ¿Qué les parece? - decidió rápido Germán.
- Buenísimo! Después ultimamos detalles, que ya tenemos que volver al aula - dije mientras todos nos levantabamos de la mesa.
Y llegó el sábado. Con el Bloque arreglamos para ir juntas. Llegamos mas temprano que el resto, pero sin preocuparnos demasiado, empezamos a tomar algo. Debo aclarar que en esa época no estaba muy acostumbrada al alcohol (vicio que vendría con el tiempo), por lo que con dos vasos de algo que me compré, mas algo que me habían convidado, ya me daba vueltas todo.
- ¿Piensan tardar mucho estos chicos? - dijo Marianela, ya impaciente y calculando que si se demoraban mas, yo iba a seguir tomando.
- ¿Los llamo? - Si, sepan que cuando tomo, me obsesiono con el celular
- Dale! - me insitó Yanina. Siempre fue la mas despreocupada de las tres. Y llamé a Germán
- ¿Hola, Diosa?
- Germán la puta que te parió!!! ¿Dónde estás? - Si, también suelo ponerme boca sucia
- Acá con los chicos. Está Dios, Ari y Juan. Ahora vamos! - se escuchaba música de fondo
- Ahh...no está el misio? - dije triste. Si, también me pongo melancólica.
- No, me llamó que no pudo venir. Por?
- Quería que venga... - los ojos de Marianela y Yanina se agrandaron sorprendidas. Si, también soy sincera cuando tomo.
- Pero estoy yo, Diosa...
- No, acá estamos las 3 solas infeliz!!!!! - grité. Y si, también soy violenta.
- Bueno, esperame que en 5 minutos voy para allá con los chicos y te parto la boca. ¿Querés?
- Y si no hay otra mejor opción... - murmuré mientras cortaba. - Ya vienen - le dije a las chicas.
- ¿Te gusta el misio? - me preguntó Mari
- Un poco, me gustaría conocerlo mas, no se, lo veo..."diferente" - y después de decir eso me quedé pensando un rato. ¿Qué me atraía de ese chico?. Su tonito, su bondad, su cuerpo, sus ojos grandes, lo cariñoso que era. Todo. Pero hoy no estaba. No. En su lugar venía otra vez Germán. Definitivamente nunca estuve enamorada de Germán. Pero le tenía un cariño especial, y como feo no era... - ¿Me acompañan al baño? Me quiero pintar un poco
- ¿Para Ger? Por que si el misio no viene... - dijo Yani
- Y si, parece que estoy destinada a este chico!! - dije mientras me levantaba y encaraba al baño. De lo único que estaba segura era de que esa noche iba a ser diferente...

...Y de hecho, lo fué.

sábado, 26 de diciembre de 2009

de Programación y Árboles de Navidad

-Bueno chicos, este cuatrimestre como saben, vemos lenguaje C - arrancó el profe Roberto su clase - Pero quiero que tengan algo en claro: los lenguajes de programación son todos iguales. Es decir, hay algunos mas flexibles y modernos que otros y toda la pavada que quieran, pero son instrucciones que se aprenden y punto. Lo que ustedes tienen que aprender, es a pensar la lógica de los programadores. Y eso se hace mediante problemas que vamos a resolver usando la diagramación de Jackson. A ver, arranquemos...aquel de azul - dijo señalando a un morocho que estaba sentado atrás de todo, con mas ganas de desayunar que de tomar apuntes - ¿Cómo se llama?
- Yo? Bordón - contestó
- Tiene acento raro, de dónde es?
- De Misiones - Yo ni me había percatado del tonito que tenía. Era blanco, pelo negro con rulitos, barba tupida, alto y delgado pero con buena contextura. - Vine a estudiar a Buenos Aires
- Ah si?? Mire usted. Y su familia? - Todos mirábamos extrañados, ningún otro profesor hacía tantas preguntas personales como Roberto.
- Se quedó allá. Acá solo está mi hermano, que también vino a estudiar, pero medicina
- Bueno, ya que vino de la selva, conteste: ¿Qué arma usted para Navidad?
- ...
- Conteste hombre!! Cuando llega el 8 de Diciembre, su mamá le dice: vaya y arme que cosa?
- ¿El arbolito? - contestó con miedo
- Bien! Entonces usted va y que compra?
- El arbolito jajaja - dijo ya entrando en confianza y soltando una carcajada
- Pero que pelotudo! No conteste obviedades misionero! - Y si, Roberto iba a ser el que poco a poco, le iba a poner apodos a todos los alumnos - ¿Qué tipo de árbol compra?
- No se! El que venden en los negocios.. jaja
- ¡Qué boludo! Tenga cuidado porque lo van a cagar eh!! A ver...usted, la chiquita esa de aros grandes - dijo señalándome. La respuesta era obvia, pero así y todo sentí calor. Obviamente, me puse colorada. Los primeros meses de facultad era muy tímida, pero después, ni rastros íban a quedar de aquella nena que se ruborizaba (por suerte) - ¿Qué compra usted para Navidad?
- ¿Un pino? - tartamudíe
- Muy bieeen!! Se nota que es mujer porque todas esas pelotudeces de decoración la captan al toque, no? Jajajaja! Entonces, ustedes siempre van a diagramar el mismo arbolito, que sería el pino. Después, ¿Qué le agrega al pino?
- Adornitos, luces... - dije con mas confianza
- Muy bien, las bochas! Esos son los adornos que se le van a agregar al diagrama dependiendo de las cosas que pida el ejercicio. Y a partir de eso se programa. Acá la compañera seguramente va a entender a la perfección porque ella ya se colgó los adornitos en las orejas. No le pesan los aros? Jajajajaja!
Sentí las risas de todo el curso dirigidas a mi pobre y pequeña persona. No pude contestar, me sentí humillada y burlada por esos 45 monos que ahora parecían bestias. Miré a Yanina buscando refugio, y me hizo una seña que no entendí.
Si había contestado bien! Porque no cargaban al otro que encima se reía como Tarzan!?
Me quedé el resto de la clase en silencio y mordiéndome la bronca. No iba a dejar que una carrera machista pueda conmigo. No, señor. Iba a demostrar que podía mas que la mitad de todos esos vagos. De alguna forma, el profesor Roberto iba a entender que se había equivocado...

...Y lo logré.

martes, 22 de diciembre de 2009

Germán y el Destino (4ta parte)

Pasaron las vacaciones, pasó el verano. Y llegó Abril, y con él, la facultad.
El sábado anterior, salí con las chicas del colegio porque sabíamos que después iba a ser mas díficil vernos, y no nos equivocamos. De hecho, mis amistades del secundario son cada vez mas escazas.
Charlamos de la vida, de los chismes que nos enteramos en esos meses. Decidimos que era la última vez que pisabamos ese lugar, estaba cada vez mas lleno de adolescentes (menores que nosotras) y definitivamente "estabamos para otra cosa".
Y apareció. Si, ¿Quién más? Germán...
Bailando, borracho y fumando.
-Diiiooosssshhhaaa!! - Si, se le trababan las palabras - Estás hermossshha! Bah, sos hermossshha!
-Germán, sos un desastre nene!
-Por tu culpa mi amor! - dicen que los borrachos no mienten...
-Vení, sentate - Y lo acompañé hasta un sillón. Nos quedamos ahi escuchando la música (que era lo único bueno que le quedaba al boliche). Me abrazó. Jugó con mis dedos y los suyos. Mi miraba a los ojos. Lo vi diferente, mas grande quizás, pero ya no era el mismo chico que me miraba desde el piso de arriba con ojos de cachorro abandonado. Aunque sus ojos celestes, expresaban el mismo amor de siempre cuando me miraba. Y eso, por supuesto, causaba efecto en mi.
-Diosa, yo estaba loco por vos, sabías eso?
-Perdoname, Ger - y por fin, pude ser sincera
-Ese día que me dejaste pagando, me dolió mucho - Que hdp! Ya no se le trababan las palabras!
-¿Me vas a seguir recriminando algo que pasó hace casi 2 años?
-Podría, pero prefiero hacer otra cosa - y me partió la boca de un beso. Un beso hermoso. Un beso que nos debíamos. Que esperábamos hace mucho.
Y así estuvimos el resto de la noche, los dos sentados en el sillón, besándonos, sin perder el tiempo con reporches. Sin pensar que dentro de dos días empezabamos la facultad y nos íbamos a ver seguidito. Sin pensar que seguramente la relación iba a cambiar. No, no pensamos nada, solo nos besamos y terminamos la noche hundidos en el sillón...

...Y estoy segura, que esa vez el destino estuvo de nuestro lado.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Germán y el Destino (3era parte)

-Hola - Si, después de muchos meses su nick titilaba otra vez y debo confesar que me gustó que pasara.
-Hola!! Cómo andás? - Escribí tratando de sonar efusiva
-Bien, tu vida?
-Acá, terminando el colegio, vos debés de estar igual...
-Siii, una emoción! Che, sabés que hace un tiempo que tengo ganas de hablar con vos, pero algo me impedía escribir cada vez que abría tu ventana
-Bueno, al fin pudiste - respondí volviendo a sentir esa culpa que me causaba recordarlo
-Si...Me di cuenta que estuviste de novia
-¿Cómo que te diste cuenta? No entiendo...
-Si, por tus nicks y las fotos. Yo lo conozco a Nicolás, tu ex... - leía esas palabras y cada vez entendía menos. Me dijo que no solo vivía a la vuelta de su casa (yo jamás supe donde vivía Germán, asique no podía imaginarlo) sino que también habían sido compañeros de inglés (y ahí me acordé de Darío y otra vez la culpa!) - Y por eso tuve la necesidad de que volvamos a hablar, para contarte que otra vez las casualidades están presentes!
-Si, tenes razón Ger, muy loco...Pero no hablemos de Nico, hace muy poco que cortamos y todavía me duele hablar de él...Contame de tu vida, tenés novia?
-No, estuve con una chica pero no funcionó, asique ahora estoy solo. Estoy viendo para anotarme en la facu para el año que viene...vos ya te decidiste?
-Si! Estoy haciendo el curso de ingreso. Termino la semana que viene. Asique muy contenta!
-Si? Donde y para seguir que?
-La facu la tenés que conocer porque queda a 5 cuadras de tu casa. Viste? Ahora se donde vivis! Jajaja! Y voy a seguir Ingeniería en Sistemas...no te rías!
-Me estas cargando...
-No! Por? Te dije que no te rías! Todos mis compañeros se burlas de que esa carrera es de hombres...vos también, no!
-Escuchame una cosa...yo mañana voy a la UTN a anotarme en Sistemas..entendés eso?? Vamos a seguir lo mismo!!
-Siii, que casualidad!
-Vení conmigo a la UTN! Dale, dale, dale, dale!! Escuchame Diosa, vamos juntos a la facu, nos casamos, tenemos hijos, y vivimos del mismo trabajo! Es el destino que nos une!
-Jajajajaja - a esa altura solo podía reirme - dejá de delirar Germán!! No voy a cambiar de facultad igual. Estoy bien contenta ahí.
Y hablamos un rato mas hasta que se hizo tarde. A la semana siguiente, estaba con mi amiga Mecha en clase de literatura escribiendo un cuento, cuando pasó algo que casi extrañabamos: vibró mi celular, y era Germán. El mensaje decía, que después de haber hablado con algunas personas y de haber averiguado bastante, se dió cuenta que era mucho mejor ir a la facultad que le quedaba cerca...asique íbamos a hacer compañeros!
Esa misma noche, le hablé por msn...
-Asique..."compañero"! - tenía que confesar, que en el fondo me emocionaba la idea de que asi fuera.
-Que lindo Diosa! Vamos a estar juntos! Ahh, escuchame! Como me anoté tarde no tengo tiempo para hacer el curso de ingreso, asique voy a dar los 3 exámenes libres. Me podés contar que te tomaron?
-Si, no es díficil. No se que base tenés vos...yo tengo los libros que te sirven de guía.
-Listo! No se habla mas. El viernes vamos a almorzar. Te invito yo. Vos me llevás los libros y nos ponemos al día. ¿Qué te parece la idea?
Y no me pude negar. Ese viernes al mediodía, estaba caminando hacia el restaurante donde acordamos vernos con los libros en la mochila. No sabía si Germán realmente alguna vez me había gustado, pero si el destino se empecinaba en cruzarnos, porque iba yo a contradecirlo?
Comimos una pizza. Hablamos de la facultad, de mi ex. Le conté porque me había peleado (ese es otro capitulo del blog). Nos reímos mucho. Se hizo de noche y seguíamos ahí sentados, hablando de cualquier cosa. Cuando era hora de irnos, me acompañó hasta una remisería.
Me saludó y se fue.
Sisisi, se fue. No me dió ni medio beso. Eso despertó mi ira. Lo maldecí en todos los colores y dije que era el mas tarado de todos los tarados.
Al otro día se lo conté a mis amigas, y todas estuvieron de acuerdo: Germán se había tomado revancha. Me dejó de la misma manera que lo había hecho yo aquel día. Y asi me tuve que comer la bronca. Después de todo, a mi no me gustaba, o no?
Pero de algo estaba segura, ya iba a haber otra vuelta de tuerca. Solo tenía que sentarme y esperar...

...el destino nos iba a volver a cruzar. De eso, seguro.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Germán y el Destino (2da parte)

Un año antes del viaje de Egresados, las empresas lucran con la desesperación del adolescente para juntar plata. Con este fin, el boliche en cuestión, nos facilitaba entradas para revender y quedarnos con un porcentaje del dinero recaudado. Germán estaba en la misma situación. Por ende, nos íbamos a cruzar en la fiesta.
Y ahí estaba, con una remera verde que casi brillaba en la oscuridad del boliche.
Me saludó con una sonrisa, y se le iluminó la cara. Era muy fácil darse cuenta que yo le gustaba, pero no era tan fácil para mi darme cuenta que me pasaba con él. Había estado toda la semana debatiendo el tema con mis amigas y había llegado a la conclusión de que si no me arriesgaba a "ver que pasaba" nunca iba a aclarar mis sentimientos. Asique me embarqué y devolví la sonrisa.
- Estás muy linda
- Gracias!
- ¿Me acompañás a la otra pista? - El pobre no se animama ni a hablarme adelante de mis amigas. Asique lo seguí. Encontramos un lugar donde el tumulto de gente no nos pisaba todo el tiempo. Sin mediar muchas palabras mas, me besó. Fue un beso cálido, de esos que se dan cuando la otra persona de verdad te interesa. De todos modos, yo no me sentía muy a gusto.
De pronto siento que alguien me agarra de los hombros con fuerza. Era Carolina.
- Está Darío!! Lo ví!!
- ¿¿En serio??
Darío era mi compañero de inglés. Me gustaba mucho. Tenía un año mas que yo, y una pronunciación que hacía fantasear a cualquiera. Después de 3 años viéndolo solo los martes a la tarde, no podía dejar pasar esa oportunidad de encontrarlo un sábado. Asique sin dudarlo, le dije a Germán que iba al baño y desaparecí en búsqueda de Darío.
- ¿Por que mirás arriba todo el tiempo? ¿Quién está? - la voz de Darío me sorprendió
- Nada importante - dije bajando la cabeza. Dejando la mirada de Germán sola, triste.
- ¿Vamos a tomar algo?
Y asi pasó el resto de la noche. Yo hablando con Darío y Germán mirándome todo el tiempo con tristeza en los ojos.
Lo de Darío fue un fracaso rotundo, él no tenía otras intenciones conmigo mas que charlar un rato hasta que el amigo volviera de chamuyar a una chica por allá. Y fue inevitable para mi sentirme culpable cada vez que recordaba la cara de Germán mirándome desde la pista de arriba del boliche, cada vez que lo veía conectado y no me hablaba, y cada vez que pasaban las horas de clase sin que me llegara ningun mensaje.
Y así pasó el tiempo. Llegué a convencerme de que en realidad "era que no tenía que pasar" como afirmaban las teorías de mis amigas. Pero no. Las teorías no íban con el destino de Germán. La historia recién empezaba.
Un año mas tarde, aparecería una ventanita con su nick titilando en naranja. Ese día, después de esa conversación, de algo estuve segura...

...el destino si que existe.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Germán y el Destino

De los 45 varones de la comisión, yo conocía a uno: Germán.
Cuando tenía 16 años solía ir a bailar a esos boliches de moda con mis amigas del colegio. Uno de esos sábados, estabamos todas en ronda bailando los típicos hits del verano. Al lado nuestro, bien pegado, una ronda de 5 chicos, nos relojeaban y se hablaban sin disimulo en el oído. Mínimo, habrán pasado 10 temas hasta que se animaron. Como quién no quiere la cosa y de una manera muy cassual, se metieron en el medio y cada uno sacó a bailar a una de las chicas. A mi me tocó el mas feo, aburrido y con menos swing. Después de las 5 preguntas de rigor (Nombre, edad, colegio, barrio y el infaltable "venis siempre acá?") por fin se deschabó:
-En realidad, a mi me gusta tu amiga... - confesó León
-¿Y por que estás bailando conmigo? - apunté mucho mas aliviada
-Porque no me animé a sacar a bailar a ella...entonces con mi amigo Germán - dijo señalando al que estaba al lado nuestro, bailando con mi amiga Carolina - nos pusimos de acuerdo y él la sacó a bailar a ella y yo a vos...porque él no se animaba con vos, entendes?
-Mmmseee... - contesté entendiendo que eran bastante lentos los pobres
Después de avivar a larguirucho, hicimos cambio de parejas. Bailé varios temas con Germán. Era alto, delgado, rubio de ojos claros, y algo fundamental: tenía muuchoo mas swing que León para bailar. Igual, era aburrido. Asique después de algunas señas con Caro, los dejamos bailando solos.
Meses mas tarde, en otro boliche de moda de la zona, se festejaba el día de la primavera. Lleno a mas no poder, caminaba con Carolina buscando al resto de mis amigas. De pronto, siento que alguien me agarra el brazo y me doy vuelta. Era León. Obviamente no lo reconocí, pero larguirucho se encargó de hacerme recordar todas mis salidas del año hasta llegar a la que aparecían los pobres aburridos. Por supuesto también estaba Germán, asique los 4 conversamos un rato, pero la multitud nos separó.
A la salida, ya de día, esperabamos el remis que nos llevara a casa. Germán volvió a aparecer.
-Me vas a dar tu mail? No creo que nos volvamos a encontrar de casualidad una vez mas
-Bueno, tenés para anotar?
-No, pero lo memorizo - y se lo dije mientras me subía al auto cual Cenicienta que sube a su carroza. Estaba 100% segura de que a esa hora y después de lo que seguramente había tomado, ni de casualidad iba a poder memorizar mi mail, que encima, no era fácil.
Al otro día, al iniciar sesión, un tal germanalgo@hotmail.com me agregó. Hablamos de muchas cosas y empezó a caerme mucho mejor.
Durante meses, hablamos todos los días, de todos los temas. Al msn, se le sumaron los mensajes de texto en las horas aburridas de clase. Yo ponía el celu en vibrador y lo dejaba en el banco, y mi compañera Mecha saltaba cada vez que sonaba.
Y llegó lo inevitable. Sabíamos que nos íbamos a volver a cruzar en algún boliche. Y sabíamos lo que íba a pasar...

...y pasó. O casi.

jueves, 17 de diciembre de 2009

El Bloque

Con el correr de las semanas, pude armar el perfil de las 4 mujeres que compartían las clases conmigo.
Yanina, había sido compañera mia de colegio durante 6 años y nunca habíamos cruzado mas de dos palabras. La vida o el destino, ahora nos cruzaba en la facultad y casi forzozamente empezamos a entablar una amistad sincera. Para mi sorpresa, teníamos mas cosas en común de lo que imaginaba.
Marianela vino en seguida a saludarnos. Sacando su polllera blanca con la que se le transparentaba la ropa interior, nos pareció muy simpática. Como vivimos muy cerca, compartíamos los viajes de ida y de vuelta charlando de todos los temas posibles. No pasó mucho tiempo hasta que empezara a sentir como si la conociera de toda la vida.
Mas lejos, se sentaban las otras dos: Lucila y Ximena.
Lucila era dark. Pero de las que se lookean de pies a cabeza. Botas acordonadas hasta la rodilla con plataformas (a pesar de los 40° de temperatura), medias de red, pollera negra de gasa, camisa blanca y corset super ajustado. Los ojos muy deliñados y el pelo muy teñido (de negro, obvio). Siempre sentada adelante y en el medio, nunca emitía sonido. Y cuando lo hizo, supimos que tenía un hijo de 2 años, pero ya no estaba mas con el papá de la criatura.
Sentada a su lado, Ximena parecía una tipa de 40 años (aunque después descubrimos que en realidad tenía 20). Su look era muy anticuado y su cara expresaba cansancio todos los días. Nunca salía los findes, y mas adelante, nos enteramos que había terminado el secundario a distancia porque no soportaba "estar con mucha gente junta".
Una mañana, Marianela nos pasó a buscar en auto muy sobre la hora y por el tráfico llegamos semi-tarde.
-Bueno, bueno!! Llegaron las chicas! - Exclamó Roberto, el profesor de Programación
-Perdón por la hora profe - murmuró Yanina
-No hay problema. A ver donde se sienta el bloque!
-¿El "bloque"? - Pregunté
-Y claro! Andan las 3 siempre juntas de acá para allá, llegan juntas...son un bloque!

...Y así fue como el profesor Roberto nos bautizó con el apodo con el que, mas adelante, seríamos conocidas en toda la facultad de Ingeniería...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Facultad: vida nueva

Hace algunos años ya, antes de terminar el colegio, me anoté en la facultad de Ingeniería en Sistemas. Elección que al principio sorprendió a todos, incluso a mi familia. Hacía un tiempo un amigo (hermano mellizo del novio de una amiga) me había contado los detalles de la carrera y a mi en seguida me encantó! (meses mas tarde, en su honor, mi compu se llamaría Leo)
La cuestión es que el primer día de clases, allá por abril de 2007, entré con mucho miedo al enorme salón. Elegí cuidadosamente el asiento, ni muy atrás, ni muy adelante, ni muy en el medio, ni en un costado. Cuando por fín me acomodé, entró el profesor. Éste, como todos los demás, marcaría una tendencia que se repitiría a lo largo de los años; todos los ingenieros son gordos. Pero muy gordos.
Empezó la clase y el profesor tomó lista. Fue en ese momento que me dí cuenta de lo siguiente: eramos 45 varones y 5 mujeres incluyéndome a mi. Por lo que no faltaron los chistes (para nada graciosos) de los profesores con respecto a las únicas "valientes" en entrar a la carrera y los comentarios machistas de todos.
A juzgar de los profesores, supe que me esperaba un largo trabajo para poder llegar a ser respetada. A juzgar por mis compañeros, supe que estudiar una carrera univsersitaria iba a ser mas placentero de lo que pensaba...

...y no me equivoqué