lunes, 15 de noviembre de 2010

Fé de erratas

No me gusta justificarme, pero definitivamente no sabía lo que estaba haciendo.
Empezamos a caminar y ni siquiera el sol de la mañana me hizo reaccionar. Llegamos a la puerta del departamento, y empecé a revolver las cosas de la cartera para buscar mi llave secreta.
- Entrá. - dije abriendo la puerta. - tratá de no hacer ruido. No quiero que los vecinos escuchen.
Subimos y por suerte todavía el resto de los inquilinos parecían dormir.
- ¿Esto es tuyo? - dijo Orlando sorprendido al ver semejante bulo, prácticamente desaprovechado. - Altas fiestas acá, no?
No respondí, dejé que pensara lo que quisiera. Me sentía confundida, y en los pocos segundos de conciencia que lograba alcanzar, me preguntaba como me había permitido llegar a esa situación. Sabía perfectamente que me estaba equivocando, pero algo me tenía estancada en el piso imposibilitándome correr hacia otra dirección.
Suspiré y dejé la cartera en el piso. Orlando se acercó y tomándome del cuello empezó a besarme.
- ¿Podemos ir a la habitación?
Y acepté.
Dejé que él haga. Me dejó hacerle. Hicimos. Deshice.
Me gustó. Le gusté. Nos degustamos.
Estaba vez no estaba nerviosa, no estaba inhibida, no tenía más miedos. Quizás por eso lo disfruté mucho. Pero miento si digo que me gustó más que mi primera vez con Facundo.
- Tenés un tatuaje...ahí.
Orlando tenía un dragón exactamente en el mismo lugar que Facundo el tatoo de Los Piojos.
Cerré los ojos. Definitivamente no quería estar ahí. Estaba acostada con un hombre, simplemente por despecho a una persona que ni siquiera iba a enterarse, y en caso de que lo hiciera, poco se iba a preocupar.
- Me tengo que ir. - dije levantándome y juntando la ropa. - Dale, vestite. - Y desaparecí en el baño.
La cabeza me daba vueltas, el estómago se me retorcía. A penas podía mantenerme en pie. ¡Pero si no había tomado tanto! Entonces recordé las palabras de un amigo: "Lo que tomás, te pega más o menos, dependiendo tu estado de ánimo, y de tus ganas de hacerte mal".
Escuché que mi celular no paraba de sonar. Fui a buscarlo al comedor. Mi mamá no dejaba de llamarme y mandarme mensajes. Me había escuchado llegar a mi casa, pero también volver a irme y estaba preocupada. Le contesté que ya iba.
- ¿Estás ya?
- Si. Vamos.
Salimos, y el sol volvió a encandilarme. Llegamos a la esquina y lo saludé rapidito para apurarme a llegar a casa. Mi mamá me gritó un poco por haberle dado tal susto. Tenía razón, obviamente, pero lo único que me importaba era que no notara mi estado. Inventé la primer excusa que se me ocurrió para justificar mi salida y me fui a dormir.
En la cama era peor, el mareo se intensificó y tuve miedo de volver a vomitar. Pero al rato, caí rendida.
Parecieron 5 minutos, pero luego de 5 horas, me despertaron para almorzar. Terminé de comer y me conecté al msn para hablar con las chicas.

Mari dice:
¿estás mas tranquila?
LaDiosa dice:
no, sigo mareada.
Mari dice:
y si, no es para menos!
LaDiosa dice:
no pude haber caído tan bajo. Nunca pensé que por despecho fuera a hacer algo así. De verdad que me dolía el pecho de pensar en Facundo. Por eso tomé tanto. Por eso me pegó tanto.
Mari dice:
y por eso querías llamarlo a toda costa. Hice bien en frenarte, no?
LaDiosa dice:
sí. Al pedo hubiera sido. Le mandé mensajes a Enzo. Ahora me está retando por boluda y tiene razón.
Mari dice:
bue, ya está Diosa. Una borrachera le pasa a cualquiera.
LaDiosa dice:
es que hay una parte que no sabés...Orlando me vino a buscar después.
Mari dice:
a tu casa???
LaDiosa dice:
sí. Quería que me vaya con él....y acepté, Mari. Me fui al departamento con Orla. Estuve con él. Soy una boluda, ya sé.
Mari dice:
no, que se yo. Si vos querías...
LaDiosa dice:
quería. Orlando me gusta. Pero no era ésta la manera. No para sacarme la bronca.
Mari dice:
al menos lo disfrutaste?
LaDiosa dice:
si, la pasé bien. Fue como si el estado etílico que tenía, colaborara para que yo me dejara llevar.
Mari dice:
está bien Diosa. Tomalo como lo que fue, no?

Mientras hablaba con Marianela, trataba de procesar sus palabras para asimilarlas de acuerdo a lo que había vivido la noche anterior. Hubo algo que no le dije. El despecho que me llevó a estar con Orlando, no era solo de parte de Facundo, sino también por ella. Necesitaba marcar mi territorio. Ahora no tenía excusas, sabía que no debía meterse con él bajo ninguna circunstancia.

Yani dice:
Diosa ya fue, no te hagas más la cabeza. Mientras no te arrepientas, disfrutá lo que pasó.
LaDiosa dice:
si, ya está. Aunque me da un poco de bronca que todo el mundo se cague en mí. Marianela ni se preocupó por como estaba, hizo la suya toda la noche. Me dejó re sola, pero buen. Y Orlando...ya sé que no puedo reclamarle, pero al chabón no le importa nada!
Yani dice:
Orlando hace la suya. Lo que a él le conviene. Ahora está en vos si aceptás lo que él te ofrece o no. No podés recriminarle nada.
LaDiosa dice:
tenés razón. Lo mejor va a ser que no pasé mas nada entre nosotros...
Yani dice:
capaz no sea la solución. Si me decís que la pasaste bien, porque no puede haber otra vez? Mientras te cuides, hace lo que quieras! jaja! Porque, me imagino que te cuidaste, no?

Entonces empecé a recordar lo que pasó entre Orlando y yo desde que entramos a la habitación hasta que le pedí que nos vayáramos.
Un calor me envolvió el cuerpo y por primera vez, tuve miedo.

LaDiosa dice:
no me acuerdo Yani.
Yani dice:
¿¡¿¡Cómo que no nena?!?!
LaDiosa dice:
bah, en realidad si me acuerdo. Tengo el defecto (o virtud?) de nunca perder la memoria, aún borracha. Y me acuerdo que dijo que no tenía forros. Y ahora que me lo decís, no. No nos cuidamos. Me quiero matar.
Yani dice:
sos una pelotuda.
LaDiosa dice:
eso no es novedad. Ayudame a arreglarlo.

Un rato más tarde, estaba caminando con Marianela derecho a la farmacia. Me sentía una estúpida, pero de algo estaba segura: ese fin de semana iba a servirme de escarmiento.
- ¿Si? ¿Qué vas a llevar? - me dijo el farmacéutico. Habíamos elegido una Farma 24 bastante alejada del barrio para no correr riesgos.
- Quería una pastilla del día después - dije con todo el miedo del mundo. Aunque Marianela tenía mas que yo.
- ¿Tomaste alguna vez? - yo negué con la cabeza. - Te tomás una y la segunda a las 24 hs. Tiene que ser antes de los 2 días después del acto sexual.
- Ok. Y dame un paquete de pañuelitos. - me apuré a decir para descontracturar la situación. Salimos, aliviadas. De alguna manera, la situación ahora nos había vuelto a unir. Mi amiga estaba volviendo a hacer buena letra.
- ¿Le vas a contar a Orlando? - me preguntó.
- No. Es al pedo. A partir de ahora el trato va a ser como un compañero más, y punto!
Pero cuando llegué a mi casa, lo vi conectado y cambié de idea.

LaDiosa dice:
recién ahora caigo de todo lo que pasó ayer
Orla dice:
yo también, no te preocupes jaja
LaDiosa dice:
mentira...vos no!
Orla dice:
creo que nunca en la vida me putearon tanto sin sentido.
LaDiosa dice:
y lo seguiría haciendo creo.
Orla dice:
como digas. No me quiero pelear con vos Diosa, me caés bien. Y encima nos tenemos que ver todos los días, no da.
LaDiosa dice:
Yo no me quiero pelear. Pero me da bronca que con el pedo tremendo que tenía (sin contar los tequilas que me compraste) no me hayas cuidado ni un poco
Orla dice:
bueno, pero me decías que no y ya está! No me gusta poner en pedo a minas para estar con ellas. Tomo porque me gusta, y te dí porque aceptaste.
LaDiosa dice:
no te digo que me obligaste a tomar, sino que después no actuaste como yo esperaba que lo hicieras. No quiero recriminarte nada, pero quiero que tengamos las cosas claras.
Orla dice:
Diosa, si querés ver las cosas así, está bien, lo acepto. Ya fue, todo bien, posta.
LaDiosa dice:
sí, no queda otra, ya fue.

Necesitaba encontrar un motivo para no echarme la culpa solamente a mi de lo sucedido. Pero no encontré ni uno solo. Yo era responsable de la cagada que me había mandado, y ahora tenía que hacerme cargo.
Me quedé mirando el monitor con la mente en blanco, hasta que algunas lágrimas comenzaron a recorrer mi mejilla.
De pronto, una pantallita nueva empezó a titilar. "Me dijeron que al pedo conociste el bar nuevo porque al otro día ya te acordabas poco y nada"...

...Facundo era la causa y la solución de todos mis problemas.

9 comentarios:

  1. Las cosas pasan por algo en la vida. Incluso los errores que comentemos (hasta esos que nos averguenzan). Yo tuve mi lección.

    ResponderBorrar
  2. ¡Ay, Diosa! ¡Mire las cosas que hace! ¡Qué chica esta!
    Pero, como dice en su ventanita, las cosas por algo pasan en la vida, y si aprendemos a hacernos cargo de aquellos errores que nos dan vergüenza de sólo pensarlos (aunque nadie los conozca), crecemos y aprendemos a ser mejores personas.
    Tranquila, no es tan grave, en serio. Bueh, espero que la pastilla del día después haya evitado consecuencias... ¬¬

    El Profesor

    ResponderBorrar
  3. diooooooooooooooooos mio diosaaa
    a orlando cagalo bien a palos

    ResponderBorrar
  4. Diosaaaaaaaaaaaaaa que cagada!!
    Y orlando un zapato, no entendio nada!

    ResponderBorrar
  5. Diosa, esas cosas, esa clase de errores, pasan. Yo los he cometido, y sin efectos etilicos promediando la situacion. Cuando uno esta con la autoestima baja no puede hacer otra cosa mas que ponerse en una posicion autodestructiva y practicamente se obliga a hacer cosas que no quiere hacer. Lo importante es aprender y con el tiempo endender el por que de las cosas.

    Vivir se trata de dibujar sin una goma y esos momentos, aunque uno quisiera borrarlos, quedan ahi. Pero por algo estan. Lo importante es saber a donde no queremos regresar: esa es la unica forma de saber que crecimos.

    Pero lo que si no llego a entender es cual era tu desesperacion o tu despecho con Facundo. Yo he vivido cosas similares con Martin y tampoco llego a entender como en esos momentos nos ahogamos en un vaso de agua... solamente porque si.

    ResponderBorrar
  6. Profesor: Las evitó, las evitó. Probablemente ni siquiera era necesario...pero ya sabe, mejor prevenir que curar. Me sirvió para aprender, pero eso no quita que me haya seguido equivocando...todavía tengo mucho que aprender...

    Susanita: Ganas no me faltaron nunca. Me acuerdo cuando le tiré el agua encima y me aplaudo sola!

    Solcito: No sé si entendió o no. Pero sabía perfectamente que si me quería, me tenía. Y lo logró!

    Verónica: Me encantó la metáfora de vivir es como dibujar sin goma. Es bueno saber que alguien me entiende. Me hubiera encantando poder mandarlo a la mierda, sin embargo terminé cayendo en su tentación. Y Facundo, realmente mi tonto corazón se ilusionó con algo que nunca debió después de nuestra 1era vez juntos. No sé que esperaba de él, algo que nunca llegaría. Eso me dolió mucho, por eso me mandé e hice cualquiera...¡Qué tonta! :(

    ResponderBorrar
  7. Diosita, menos mal que no hubo "problemas" con esas pastillas y el descuido!!!

    Nadie está exento de hacer macanas. En nombre del amor o del despecho, tod@s tenemos algún muertito escondido en el placard.

    Lo positivo es que nos damos cuenta, nos hacemos cargo, lo contamos y ayudamos a otr@s, de alguna manera, a no cometer nuestras mismas metidas de patas. O, a que no se sientan solo@s!!!

    Te dejo un besote grande, y espero más!!!!

    ResponderBorrar
  8. Ugh, sí.
    Pero mal que bien, cosas como estas nos hacen crecer y plantarnos de otra manera ante futuras situaciones. Y es un poco desalentador pensar así, pero hay que aprender a lamernos solos las heridas.
    Orlando, un caso muy triste. Es cierto que no podías reclamarle nada, pero es un ejemplo perfecto de lo pobres que son, hoy por hoy, las relaciones humano-humano, de lo poco que importa el otro. No sé, igual me gustaría darle una buena piña :P

    Un besito Diosa.

    ResponderBorrar
  9. Ah la pucha...que cagaso diosa!
    Totalmente de acuerdo con vos. De los errores se aprende y se sigue. Lo bueno es poder vivir aprendiendo y no arrepintiendose!

    Confieso que en la encuesta vote a Enzo....
    Facu sigue siendo el protagonista..pero viene en derrape profundo, y el otro tiene un no se que tierno...jajaja

    Besos nena!

    ResponderBorrar