jueves, 7 de enero de 2010

el Sexteto (2da parte)

- ¿Salimos de éste tumulto? - me preguntó Lautaro al oído. Al lado nuestro bailaban Lucila y el misio. En realidad se mecían de un lado al otro, porque esas botas no creo que la dejaran hacer muchos pasos.
- Si, por favor!
Yanina y Claudio se seguían matando contra la pared, y Mari hablaba cada vez mas animada con Carlos. Nos fuimos contra el escenario donde suelen tocar las bandas en el Boliche. Me empezó a besar despacio. Me sostenía con fuerza. Jugaba con mi pelo. Hasta que el super parlantote que teníamos al lado, empezó a dejarnos sordos.
- Vamos para allá - dijo, y terminamos contra una columna. De pronto, sentí una mano por detrás. Pero Lautaro me estaba sosteniendo la cara. ¿Cómo era posi..
- ¡La puta madre! - me di vuelta y un flaco me sonrió. - ¿Qué hacés idiota?
- ¿Qué te hizo? - saltó Lautaro enojado
- Me tocó el culo! - si, muy fino lo mio. Al ver nuestra reacción poco feliz, el flaco se fue. - Ya está. Se fue. ¿En que estábamos? - le dije sonriendo
- En que ésto, te lo toco yo nada más - contestó mientras pasaba su mano sobre mi espalda, y luego, mas abajo. Me besaba como nadie. Me gustaba como nadie. ¿Qué tenía de especial Lautaro?
A la hora del cierre del boliche, llovía. Nos despedimos rápido, y terminamos las 3 abajo del techo de un quiosco en la vereda de enfrente. Llamé a 400 remiserías, pero la mas conveniente, tenía demora de una hora.
- Bueno, tendremos que esperar! - dije cuando corté. Cada vez llovía mas fuerte. Vimos salir a Germán y al misio. Ellos también nos vieron, y vinieron. Se sentaron con nosotras. Evidentemente la otra se había ido antes.
- Diosa, te felicito - me dijo Germán.
- ¿Por?
- Por el flaco que te levantaste. Tiene toda la facha - si, esos términos usa Germán.
- Primero, no me levanté nada. Yo lo conozco hace bastante - bue, bastante no, pero de todos modos él no le iba a preguntar - Y segundo, no se si me estás tomando el pelo o que. ¿Por qué me tenés que felicitar? ¿Es un logro que esté con alguien lindo?
- No, no me malinterpretes. Te lo quise decir como un elogio. Me alegra que no estés con cualquier feo de por ahí. - me contestó con ojos tiernos. Ese era el Germán que yo conocía y quería.
- Si, estabas muy entretenida - acotó el misio. No se que cara le habré puesto, porque en seguida agregó - Las chicas también.
- Estamos enamoradas - contestó Yanina mientras me guiñaba un ojo. Nos reimos todos, y seguimos haciendo chistes mientras esperábamos el remis y veíamos como llovía. En eso, cruzan la calle Lautaro, Claudio y Carlos.
- ¿Siguen acá divinas? - preguntó Claudio
- Estamos esperando el remis - contestó Yani. - ¿Ustedes?
- Venimos de comer un pancho - al lado del Boliche, hay una panchería que se llena de adolescentes hambrientos de un desayuno que calme el alcohol antes de irse a dormir. Y ellos, eran habitués.
Yanina se sentó encima de Claudio, y abrazados miraban la lluvia mientras charlaban con los demás. Al lado, Germán y el misio. Lo seguía yo, y a mi lado, Lautaro. Por último Carlos se sentó tímido junto a Mari. La escena era perfecta, salvo por dos que sobraban.
- Ah, me olvidé de preguntarte algo. - me dijo Lautaro.
- ¿Qué cosa?
- Cuando llegué, hoy temprano, te vi hablando con un barbudo. ¿Quién era?
- ¿Él? - dije señalando al misio. Pensé que me estaba cargando.
- No, no. Tenía barba - contestó casi sin mirarlo.
- Era él, Lau! No hablé con otro barbudo. - dije riéndome casi. El misio miraba sin entender.
- No, no. Era mas alto! - insistía.
- Era él! Misio, parate por favor. - el misio, divertido, me hizo caso. Lautaro lo miró y cambió el gesto
- Ah, si, era él. - Yanina y Marianela se morían de risa. Claudio se agarraba la cabeza y Germán miraba desconfiado.
- ¿Qué problema hay, uei? - Si, suele hacer onomatopeyas misioneras.
- Ninguno, ahora sé que sos un amigo, pero al principio me puse celoso - dijo mirándome y estampándome un beso. Todos hicimos silencio. El misio no volvió a hablar.
Como siempre, los remiseron son excelentes chamuyeros, y el auto llegó una hora y media después de la llamada. Yo tenía el pelo empapado, y la pintura corrida, pero así y todo, Lautaro me abrazaba con fuerza.
Nos tuvimos que despedir, aunque ninguna de las 3 queríamos. Subimos al auto, y mientras esperaba que cambiara el semáforo, vimos que dos se iban por un lado, y tres por el otro. El remisero habrá quedado sordo, porque no paramos de decirnos emocionadas lo que nos gustaba de los chicos.
- Lo voy a ver en la semana - dijo Yanina.
- ¿En serio? ¡Qué suerte! - dije feliz. Pero en el fondo me daba bronca que Lautaro no me había invitado a salir. "Quizás Claudio se apura mucho" pensé.
- Yo estoy contenta. No le tenía fé a Carlitos, pero me gusta mucho - dijo entusiasmada Mari.
- Chicas! ¿Qué mas podemos pedir? - suspiré.
- ¿Volver a vernos los 6? - contestó Mari.
- El sexteto! Como dijo Claudio! - saltó Yani. - Ésto recién empieza!

...Y no se equivocaba.

9 comentarios:

  1. Y sí, no nos confundimos.
    Creo que esto, recién empieza. :)

    El Profesor

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  2. jajajaj que divertido.
    Me encanto que Lautaro le diga "amigo" al Misio...jaja se lo re merecia!!

    haber cuando la continuacion!!

    besitos!

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  3. Sigo envidiandote por ese sexteto! siempre quize uno!

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  4. jajaajajaj esto es lo mejor. A el misio, le agarre bronca(?

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  5. Ailu: Todas las noches, un capítulo

    El profe: Crees bien! ;)

    MIA: Siii, a mi me encantó mas! Y a mis amigas el doble! jajaja

    Samantha: Lo bueno dura poco, lamentablemente

    Noe: En ese tiempo yo también lo detestaba. Pero después entendí, y logré llevarme bien de nuevo.

    Saludos a todos!!

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  6. Un lindo sexteto con ganas de hacer planes todos juntos! Qué lindo!
    Beso
    Lady Baires

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  7. Uff, estoy atrasadisima, me voy a tener que poner al dia!!!

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  8. LadyBaires: Creo que teníamos mas planes nosotras que ellos...

    La Fox: Hazlo! Hazlo! :)

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